10 errores comunes que pueden dañar la salud de tu bebé

Los padres siempre actúan bajo la convicción de que están haciendo lo mejor para sus hijos, pero desafortunadamente no siempre es así, ya que hay muchos peligros en nuestra vida diaria que suelen pasar desapercibidos.

Ya sea un paseo en coche, un sorbo de agua o un globo de colores, los más pequeños pueden correr riesgos indeseados:

1. Miel

La miel no solo sirve como edulcorante o para untársela a un pan tostado, sino que también tiene un efecto antiinflamatorio y ayuda a curar heridas. Sin embargo, puede convertirse en un peligro para los bebés en su primer año de vida.

En casos excepcionales, este alimento contiene la bacteria Clostridium botulinum. Dado que la flora intestinal de los niños completa su desarrollo después de los primeros doce meses de vida, no puede defenderse de esta bacteria durante el primer año. Por ello, esta puede reproducirse sin impedimentos, lo que puede causar síntomas de parálisis potencialmente mortales e incluso la muerte. ¡No le des ni una pizca de miel a tu bebé!

2. Andador

En muchos países el andador es un popular juguete entre los padres de niños de entre 6 y 15 meses de edad, ya que permite a los más pequeños explorar sus alrededores por sí mismos, deslizándose con la ayuda de su colorida estructura de plástico con ruedas. 

Sin embargo, el uso demasiado frecuente de andadores conlleva muchos peligros: los niños pueden alcanzar velocidades de hasta 10 km/h. Si chocan con muebles o tropiezan con los umbrales de las puertas, pueden producirse lesiones muy dolorosas, como cortes en la piel o fracturas de huesos; si los pequeños se caen por las escaleras con su andador, ¡puede ser incluso mortal!

Además, estos artefactos elevan la altura del niño, por lo que, al deslizarse, las ollas o tazas calientes, así como los productos de limpieza y los medicamentos están al alcance de la mano. Esto, en el peor de los casos, pueden convertirse en la causa de quemaduras graves y envenenamiento potencialmente mortal.

Además existen estudios que han demostrado que los niños que usan el andador no empiezan a caminar antes, sino mucho más tarde que los niños que crecen sin este juguete.

Este tipo de andadores no favorece el desarrollo motor de los niños, sino que pone en peligro su salud debido a un alto riesgo de accidente; desde 1997, algunas asociaciones internacionales han desaconsejado el uso de este artefacto.

Por lo tanto, los padres deben evitar el andador; en cambio, pueden recurrir a los cochecitos que se empujan o se mueven impulsados por los niños. Estos no solo estimulan el proceso de aprendizaje del pequeño caminante, sino que se usan por más tiempo, ya que también sirven como un medio de transporte para los niños mayores gracias a su superficie de almacenamiento.

3. Agua

Los bebés necesitan mucho líquido, especialmente en los días calurosos. Se recomienda dar a los niños pequeños más agua, pero a los bebés de meses es mejor ofrecerles solo leche materna o la leche de fórmula que les haya recetado el médico.

Los riñones aún no están completamente maduros en su primer año de vida y, por lo tanto, no pueden procesar grandes cantidades de agua. Una ingesta excesiva de este líquido conduce a una dilución de la salinidad en la sangre, provocando que los niños se hinchen y se pongan letárgicos; en el peor de los casos pueden tener convulsiones e incluso perder el conocimiento.

4. Coche

Hay muchos padres que dejan a su bebé dormido solo en el coche, porque quieren hacer algo por poco tiempo y no quieren despertarlo. Especialmente en los meses cálidos, subestiman el rápido aumento de la temperatura en el coche, que puede convertirse en una trampa mortal en pocos minutos, como muestra la siguiente tabla:

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El cuerpo de un bebé se calienta en el coche hasta tres veces más rápido que al aire libre. Esto se debe no sólo a la falta de circulación de aire, sino también a la compacta sillita de bebé, en la que el calor se acumula con especial rapidez.

En verano, un coche aparcado puede convertirse en una trampa mortal para un bebé en pocos minutos, porque el organismo humano comienza a fallar a una temperatura corporal de 42°C. ¡Bajo ninguna circunstancia se debe dejar a los bebés solos en el coche!

5. Asiento de bebé

Transportar a los bebés en un asiento de coche infantil mientras se conduce es absolutamente correcto, ya que estos ofrecen una mayor seguridad. Sin embargo, los niños no deben acostarse demasiado tiempo en este tipo de soportes, ya que debido la forma del asiento, los más pequeños adoptan una postura curvada que parece cómoda, pero que a la larga daña la columna vertebral.
 

 

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Para evitar esto, los bebés no deben ir en sus asientos más tiempo del necesario. Por lo tanto, es una buena idea llevarlos en portabebés para hacer compras más largas o incluso colocarlos en un carrito para que vayan acostados. 
En los viajes largos en coche, incluso se recomienda hacer una pausa cada 40 minutos, durante la cual el niño puede moverse y jugar 15 minutos fuera de la sillita de bebé.

6. Aceites esenciales

Los aceites esenciales son conocidos por sus propiedades curativas contra los resfriados, pero estos populares remedios caseros son un peligro mortal para los niños menores de tres años de edad.

 

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Especialmente el uso de los aceites de alcanfor, tomillo, eucalipto y hierbabuena o menta es cuestionable porque puede provocar irritaciones en la piel y en las membranas mucosas, así como calambres, trastornos del movimiento, vómitos o incluso calambres en la laringe y, en el peor de los casos, incluso un paro respiratorio. ¡Por lo tanto, los bebés y los niños pequeños nunca deben ser frotados con aceites esenciales o ni bañarse en ellos!

7. Portabebés

Llevar a los bebés en un arnés especial o en un sistema tipo sujetador tiene muchas ventajas, pero lo mejor de todo es que los pequeños, acurrucados muy cerca del cuerpo de mamá o papá, se sienten más cómodos, pero solo si también pueden verlos.

Si llevas al bebé al revés, ¡esto puede tener consecuencias graves! Cuando llevas al niño con la cara hacia adelante, lo expones a las influencias del medio ambiente sin ninguna protección.

Esta sobrecarga sensorial (ya que son muy pequeños para mirar tantas cosas en movimiento) no solo hace que los bebés se sientan inquietos y llorosos, sino que también les puede provocar trastornos del sueño, ya que los más niños procesan las experiencias del día principalmente por la tarde y por la noche. Además, las articulaciones de la cadera y las piernas, aún blandas, se ven sobrecargadas por el desplazamiento del peso, lo que puede provocar posiciones incorrectas.

Por lo tanto, los padres siempre deben llevar a sus bebés con la cara hacia ellos, porque esta postura no les daña las articulaciones ni los expone a demasiados estímulos; además, llevarlos de esta forma es mucho más agradable, ya que no hay nada mejor que un bebé anidándose en el pecho de su madre o de su padre.

8. Globos

Los globos son un juguete muy común, pero la diversión con estos objetos de colores puede convertirse rápidamente en un desastre. 
Especialmente a los bebés y a los niños pequeños les gusta masticar todo lo que tienen en las manos. Sin embargo, si el globo se rompe, los pequeños inhalan reflexivamente por el shock, por lo que pequeños fragmentos de goma pueden obstruir la tráquea.

Por otro lado, a los niños también les gusta llevarse globos vacíos a la boca y tratar de inflarlos ellos mismos, ¡por lo que también en este caso existe un mayor riesgo de asfixia! Lo mejor es que los niños menores de ocho años no jueguen con globos, y menos si no cuentan con la supervisión de un adulto. 

 9. Asientos

Muchos padres piensan que les están haciendo un favor a sus bebés al ponerlos en una posición sentada antes de tiempo, pero en realidad dañan su salud.

Los niños nunca deben sentarse hasta que puedan reunir la fuerza para hacerlo ellos mismos; de lo contrario, la columna vertebral puede deformarse. Por lo tanto, los padres deben ser pacientes, ya que los pequeños aprenden a sentarse solos.

10. Las nueces

Las nueces son muy pequeñas y, por lo tanto, se introducen fácilmente en las vías respiratorias de los bebés y niños pequeños, quienes pueden asfixiarse con este tipo de frutas. Debido a su pequeño tamaño, a veces ni siquiera el niño detecta que ha ingerido un trocito de nuez. Salvo por pequeños ataques de tos, no causan síntomas. Sin embargo, en el ambiente húmedo de las vías respiratorias se hinchan gradualmente y se convierten en un peligro para la vida de los pequeños. Evita que los niños menores de cuatro años coman nueces.

¿Quién hubiera pensado que cosas tan cotidianas como los globos, el agua o los andadores podrían convertirse en un riesgo para los bebés y los niños pequeños? Afortunadamente, los padres bien informados corren menos peligros y experimentan menos sustos con sus pequeños.

Créditos:

Mamaclever

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