7 errores que todos cometemos al limpiar

A algunos les gusta, a otros incluso les relaja. Muchos lo odian y solo lo hacen porque hay que hacerlo: limpiar. Pero ya sea por ganas o necesidad, hay 7 errores a la hora de hacerlo que pocos conocen y que debemos evitar a toda costa. 

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1. Limpiar los utensilios de limpieza

Uno se esfuerza para limpiar a fondo los armarios y suelo pero, ¿de qué sirve frotar y frotar si los utensilios que usas para limpiar están sucios? Mientras que los estropajos y trapos se suelen enjuagar, normalmente las escobas, mopas y cubos se vuelven a colocar en su lugar cuando hemos acabado con ellas. 

Los objetos que usamos para limpiar también tenemos que limpiarlos de vez en cuando para que no repartan la suciedad que hayan acumulado. 

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2. Tirar de la cisterna con el asiento levantado

Para que el inodoro permanezca limpio por más tiempo, se recomienda tirar de la cisterna únicamente con el asiento bajado. Y es que al tirar de la cisterna, se esparcen diminutas gotas de agua por el cuarto de baño. Estas transportan los gérmenes que normalmente acumula un inodoro y que, más tarde, se posarán sobre el asiento del inodoro cuando lo bajemos.  

3. Limpiar a la hora errónea

Para que después no queden rayones, es recomendable limpiar las ventanas a la hora adecuada. Cuando el sol quema con fuerza al mediodía, pero también cuando el cielo está nublado y la temperatura es de unos 20 grados, el agua se secará tan rápido en los cristales que dejará unas marcas muy feas. 

Por ello, es recomendable limpiar las ventanas por la mañana temprano o a última hora de la tarde. A esas horas la temperatura no será tan alta y el agua se secará más lentamente sin dejar marcas. 

shutterstock/VSamarkina

4. No cambiar la boquilla de la aspiradora

Si tienes que lidiar con el pelo de tu mascota en tu sofá o alfombra, es aconsejable que cambies la boquilla del aspirador cada vez que vayas a pasarlo. Lo que puede ocurrir si no lo haces es que esparzas el pelo en lugar de recogerlo. 

Pero en lugar de aspirar todo el pelo, lo recomendable es primero recoger los que estén a la vista con un cepillo o la mano. Si lo vas a hacer con la mano, lo mejor es usar un guante de goma. Así, el pelo quedará pegado a este cuando pases la mano. 

shutterstock/Mikhail Abramov

5. Rociar los productos directamente sobre las superficies

Muchos rociamos los líquidos de limpieza directamente sobre la superficie sucia para luego pasar el trapo o esponja por encima. Esto no solo puede provocar que algunas partículas de suciedad se queden pegadas; además, estarás malgastando el producto de limpieza.  

Para ahorrar en producto, rocíalo sobre un trapo o esponja y procede a limpiar la superficie. 

shutterstock/Jakub Ustrzycki

6. Usar demasiada cantidad del producto

No solo desperdiciamos producto cuando lo rociamos directamente sobre la superficie; también solemos usar más cantidad de este de la que realmente necesitamos. Al usar menos producto, no solo hará bien a tu bolsillo, sino que también estarás protegiendo el medioambiente. 

Y no solo somos a veces demasiado generosos al aplicar el producto: a veces ni siquiera es necesario usarlo. En algunas ocasiones un poco de agua caliente es suficiente para eliminar la mancha. 

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7. Frotar las manchas

Cuando derramamos algo sobre el sofá o la alfombra, la mano se nos va rápida al estropajo y frotamos con fruición para eliminar la mancha correspondiente. Pero el error es precisamente intentar acabar con la mancha frotando sobre ella: de esta forma solo la incrustamos más en el tejido. En lugar de frotar, dale toques leves con el paño o estropajo. 

shutterstock/Andrey_Popov

A veces son los detalles los que cuentan. Y si el que limpia tiene en cuenta alguno de estos consejos, seguro que ahorrará tiempo y sudor en la impopular tarea. 

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