Hijo le construye a su madre una casa que cambia de forma empujando las paredes
Cuando su madre le pidió el pequeñísimo favor de construirle una casa, Caspar Schols se puso manos a la obra en una ciudad de Holanda llamada Eindhoven.
Trabajó mucho, mucho...
Y lo que resultó después de un buen tiempo de trabajo fue como un milagro.
La mamá de Caspar había soñado durante mucho tiempo con tener una pequeña cabaña, un refugio en su jardín para pasar el tiempo. Este lugar en la orilla de un estanque parecía ser el lugar perfecto para cumplir sus sueños.
Caspar nunca ha puesto un pie en ninguna facultad de arquitectura, pero es un hombre con muchas ideas. Como iba a construir una pequeña casa de jardín, decidió usar una madera de abeto muy sólida.
Dicho y hecho. Solo pasaron seis meses hasta que terminó su trabajo. Puntualmente, su mamá cortaría la cinta de inauguración el día de su cumpleaños, y la casita sería toda suya.
Cuando la miras de lejos, no puedes apreciar en absoluto lo extraordinaria que es. Pero mueves una mano...
... y la casa se divide en medio y se despliegan dos secciones hacia los lados. Incluso da la impresión de que se trata de dos casas comprimidas en una sola.
Cuando las secciones se deslizan hacia afuera, el interior se vuelve más amplio. Pero la transformación todavía no está completa. Mira esto:
Solo cuando separas las dos paredes exteriores totalmente, te das cuenta de que la parte media de la casa puede convertirse en un solárium o en una terraza de invierno. ¡Incluso tiene un pequeño horno de leña! Uno solamente tiene que empujar las paredes a su posición original para protegerse del viento y del clima.
La vista del interior te dejará sin aliento. El juego natural de luces es realmente impresionante.
"Quería un diseño que fuera muy flexible", explica Caspar. "De ser posible, un diseño que tuviera la flexibilidad de la ropa. Uno podría salir al aire libre con solo desplazar algunas capas de la casa casi tan rápido como cuando te cambias de ropa".
Su madre no lo podía creer cuando Caspar le mostró por primera vez todas las transformaciones posibles de la casa. Se entusiasmó de inmediato y no cabía en sí de orgullo ante el trabajo de su hijo.
Le parecía genial tener la oportunidad de pasar unas acogedoras noches al lado del fuego, al igual que la opción de celebrar cenas con sus amigos justo debajo del cielo estrellado. Además, sus nietos podrían venir a usar la casita como escenario para realizar sus actuaciones de teatro y de baile.
Todos en la familia están listos para pasar una noche bajo las estrellas y tomar el desayuno a la mañana siguiente en la terraza.
Estamos seguros de que vale la pena echarle un vistazo de nuevo para apreciar esta casita de jardín en todo su esplendor.
Aquí puedes ver más fotos de la casa o ver el siguiente vídeo:
Como dice el viejo refrán, no puedes juzgar un libro por su portada. ¡Lo que parecía un depósito de leña común y corriente resultó ser un mágico pabellón convertible que seguramente disfrutarán todas las generaciones de la familia!