7 rutinas de belleza diarias que hacemos mal
Todos tenemos nuestra rutina diaria de cuidados de cuerpo y rostro. Algunos se toman mucho tiempo para mimarse. Y para muchos, además, se une la sesión de maquillaje diaria antes de salir de casa. ¿Pero son todos esos cuidados saludables para la piel o el cabello? ¿Puede ser que algunos de los productos que utilicemos no sean apropiados?
En la siguiente lista te contamos errores de maquillaje y otros cuidados que puedes evitar. Nadie es perfecto, pero estos truquitos pueden hacer tu día a día mucho más fácil.
1. Rímel de pestañas
Por muy cara que sea tu máscara de pestañas, no te hará ningún bien si no la utilizas correctamente. En lugar de aplicarla directamente sobre las pestañas, hay que empezarla desde la base y arrastrarla con movimientos serpenteantes hacia arriba. De esta forma aseguras que la máscara se reparte por igual y consigues el volumen deseado.
2. Polvo de hornear
El polvo de hornear es desde hace mucho un producto milagroso para muchísimas cosas del hogar. Quien lo haya usado para limpiar su casa alguna vez ya conoce los geniales resultados. Pero, cuidado, no debe ocurrírsete aplicártelo en el rostro. Este producto altamente espumoso es demasiado duro para la piel. Sin embargo, sí que puedes integrarlo en tu rutina de belleza diaria. Te lo contamos en el siguiente apartado.
3. Brochas de maquillaje
El maquillaje y todos los accesorios que vienen con él no cuestan precisamente poco. Muchas brochas, por ejemplo, valen por lo que pagas pero es importante tratarlas bien para que cumplan bien su función. Por ello, es importante limpiar tanto brochas, como esponjas o pinceles de forma regular para que no acumulen bacterias y restos de productos. Cada dos semanas aproximadamente es aconsejable dejar estos accesorios entre 2 y 3 horas en una solución de agua y polvo de hornear. Así las limpiarás fácilmente y sin que te cueste un ojo de la cara.
4. Acondicionador
Cuando nuestro pelo se nos antoja áspero y enredado, acudimos al acondicionador de cabello. Pero muchos piensan que cuanto más se use mejor. Pero este no es el caso, por ejemplo, del cuero cabelludo. Esta zona ya contiene grasa suficiente por lo que no es bueno añadirle más. Por tanto, el acondicionador hemos de aplicarlo únicamente a las puntas y mechones. Lo mejor es dejarlo actuar unos minutos antes de enjuagar.
5. Esponjas de maquillaje
¿De nuevo un bote de base de maquillaje vacío y apenas lo usaste? Puede que se deba a la calidad de la esponja que uses para aplicarlo o al uso diario que hagas de esta. Las esponjas de maquillaje suelen absorber parte de la base líquida de maquillaje y no devolverla luego al rostro. Para evitarlo, la esponja ha de estar levemente humedecida antes de aplicarla sobre el rostro. Esto impide que la esponja absorba todo el maquillaje y ayuda a que se extienda mejor por todo el rostro.
6. Cepillos
Tirones, nudos... uno pierde las ganas después de unas pasadas. En especial las personas de cabello rizado conocen la pesadilla que es pasarse el cepillo. Pero cepillarse el pelo no tiene por qué ser motivo de sufrimiento. Si tienes el pelo rizado, bastará con pasarte el cepillo brevemente antes de lavarlo para no deformarlo. Además, el cepillo no ha de pasarse directamente sobre las raíces: lo aconsejable es ir desde las puntas gradualmente hacia arriba. Así impides la caída del cabello.
7. Rizador de pestañas
¿Quién no ha soñado con unas pestañas largas y rizadas? Es el motivo por el que se usa el rizador de pestañas. Pero este se debe usar con cuidado, pues puedes hacerte daño si no lo usas correctamente. La regla de oro es: el rizador de pestañas siempre se usa ANTES de aplicar la máscara de pestañas. De lo contrario, puedes arrancarte pestañas o provocarte antiestéticas manchas de rímel alrededor del ojo. Además, el rizador ha de limpiarse regularmente para prevenir infecciones oculares.
Esperamos que estos consejos te sirvan para tus cuidados diarios. Lo bueno es que pueden integrarse muy fácilmente en tu rutina del día a día.