Hazle una zanja profunda a la mesa. ¡Fantástico!

Una mesa es un mueble extremadamente simple: consiste en una tabla que normalmente descansa sobre cuatro patas. El siguiente proyecto te va a permitir darle un poco de sabor a esta simplicidad.  No solo se trata de agregar a la mesa un adorno óptico, sino también un efecto muy especial en la oscuridad.

Vas a necesitar:

• Tallador para madera
• Soplete
• Resina epoxi
• Endurecedor de epoxi
• Pintura en polvo fluorescente
• Brillantina azul
• Pintura acrílica azul

Se hace así:

1. El esfuerzo principal es, por supuesto, tallar la superficie de la mesa con una herramienta especial (gurbia). En este caso, hicimos una zanja ancha en el centro, flanqueada a la izquierda y a la derecha por pequeñas hendiduras individuales.

Por supuesto, puedes diseñar la mesa de acuerdo con sus propias ideas y, por ejemplo, distribuir hendiduras de diferentes tamaños sobre toda la superficie de la mesa.

2. Alisa la zanja con papel de lija.

3. Mezcla dos partes de resina epoxi, polvo de color fluorescente, brillantina azul y una gota de pintura acrílica azul. Luego agrega  una parte de endurecedor epoxi y vuelve a mezclar muy bien.

Rellena todas las hendiduras con esta mezcla. Para las más pequeñas, utiliza un recipiente con una boquilla alargada.

4. Quema la resina con la ayuda del soplete. La llama rompe las pequeñas burbujas que se forman en la resina, dando como resultado una superficie más lisa.

A continuación, dejar endurecer la resina durante 24 horas.

5. Mezcla la resina epoxi y el endurecedor epoxi en una proporción de dos a uno y cubre toda la superficie de la mesa. Pon un periódico o algo similar debajo por si gotea algo de material. 

Alisa la resina y quémala de nuevo con el soplete. Deja endurecer el recubrimiento durante 48 horas.

Después de cuatro días o un poco más la mesa estará completamente lista. La luz del día le imprime un brillo muy especial.

Pero su espectacular efecto emerge en la oscuridad.

La mesa más famosa de la historia fue probablemente la Mesa Redonda del Rey Arturo. Pero a diferencia de la que acabamos de hacer, no podía brillar en la oscuridad.