10 datos importantes sobre la higiene de la cocina

La limpieza en la cocina no es solo un tema estético. Dónde y cómo preparamos nuestros alimentos y cómo los almacenamos tiene un efecto directo en nuestra salud. Por ejemplo, el consumo de brotes crudos fue el desencadenante de la epidemia de EHEC en el 2011, pero al mismo tiempo no hay razón para entrar en pánico siempre y cuando se tomen las medidas adecuadas. Siguiendo las siguientes 10 sencillas reglas de higiene, tu cocina se convertirá en un lugar seguro.

1. La higiene de la cocina comienza en las compras

Para garantizar la higiene de tu cocina también debes prestar atención a ciertas cosas cuando compres alimentos. La fecha de caducidad indica el punto en el que un producto pierde calidad. Sin embargo, si se ha superado la fecha de caducidad, no es necesario tirar el producto inmediatamente, ya que puede seguir siendo comestible durante varios días. Pero la fecha de consumo indica claramente el punto en el que un producto alimenticio ya no debe venderse o consumirse para evitar problemas de salud.

Pero no solo se debe considerar la letra pequeña del envase, sino también su estado. Si un paquete está dañado, existe el riesgo de que el contenido se contamine o se eche a perder más rápidamente.

2. Mantener la cadena de frío durante el transporte

Para los productos congelados y otros alimentos que requieren refrigeración, como el queso y las salchichas, siempre debes tener una bolsa o contenedor para conservarlos fríos cuando vayas de compras, especialmente en los meses cálidos de verano. Cuando hace calor, los gérmenes se multiplican muy rápidamente. Cuando llegas a casa y pones a enfriar los alimentos de nuevo, esta contaminación por gérmenes simplemente se frena pero no se invierte. 

3. Algunos alimentos son particularmente susceptibles a los gérmenes

Los alimentos crudos de origen animal son especialmente problemáticos. Estos incluyen carne cruda, queso de leche cruda o huevos. Estos alimentos son susceptibles de contaminarse de listeria. Para los adultos sanos, este tipo de bacteria no representa un gran peligro. Pero la listeria puede causar complicaciones graves en mujeres embarazadas y en personas con sistemas inmunológicos débiles (niños pequeños, personas muy mayores y personas enfermas). Por esta razón, no deben comer este alimento o solo deben consumirlos si están bien cocidos. Esto también se aplica a algunos alimentos vegetales como germinados crudos o fruta congelada, ya que también pueden transmitir patógenos.

4. El almacenamiento adecuado

Incluso después del transporte, no debes olvidar mantener la cadena de frío y meter al refrigerador o al congelador los alimentos correspondientes lo más rápido posible. Los alimentos secos como la harina, la avena, la sémola, etc., deben transferirse a recipientes bien cerrados como frascos o recipientes de Tupperware para que las polillas u otros parásitos no tengan ninguna posibilidad de entrar en ellos.

5. Mantenimiento del refrigerador

Un refrigerador aumenta considerablemente la vida útil de muchos alimentos. Pero si no está correctamente ajustado, no se limpia regularmente ni se almacena de forma inteligente, también puede convertirse en un foco bacteriano. La temperatura de la nevera debe estar siempre alrededor de 5°C. Para evitar la suciedad, no se deben almacenar en el refrigerador alimentos sin envasar o en recipientes dañados o abiertos. Si el congelador no tiene un sistema de descongelación automático, debe ser descongelado manualmente con frecuencia. Se recomienda utilizar agua con vinagre para limpiar el refrigerador. Para asegurarse de que el aire refrigerado llegue realmente a todos los alimentos almacenados, no debes llenarlo demasiado.

6. Antes de la cena, después de la cena

No te olvides de lavarte las manos. No solo antes y después de comer, sino especialmente antes y durante la preparación de la comida. Todo el mundo lo sabe, casi nadie lo hace. Para que el lavado de manos elimine eficazmente los gérmenes, debes lavarte bien con jabón bajo el agua corriente durante al menos 20 segundos. Después no debes secarte las manos en el paño de cocina más cercano, sino en un paño adicional para evitar que se introduzcan los gérmenes en los platos más tarde.

7. Tablas para cortar

Probablemente, los utensilios de cocina más temidos en lo que respecta a la higiene son las tablas de cortar, porque son especialmente susceptibles a la "contaminación cruzada". Esto ocurre, por ejemplo, cuando la carne cruda se corta primero en una tabla y luego, sin limpiar la tabla, también se cortan las verduras. Los gérmenes de la carne se introducen en las verduras. Para evitar este problema, es más fácil utilizar dos tablas diferentes. Por cierto, las tablas de cortar no deberían tener ninguna peculiaridad o hendidura, porque los gérmenes también se pueden acumular ahí. Las tablas de plástico tienen la clara ventaja sobre los de madera de que se pueden limpiar en el lavavajillas. Por lo tanto, son especialmente adecuadas como tablas de carne.

8. Calentar los alimentos correctamente

El calentamiento correcto de los alimentos debe ser uniforme. Entre los  70-100 °C se eliminan la mayoría de las bacterias. Importante: esta temperatura no solo debe mantenerse en la superficie sino también en el interior de los alimentos. Si no estás seguro, puedes comprobarlo fácilmente con un termómetro para carne. Los gérmenes también pueden entrar en los alimentos durante el proceso de cocción, por ejemplo, al condimentarlos. Por eso es tan importante no cocinar para otras personas si estás enfermo.

9. Esponja para lavar platos

Los detergentes también pueden contribuir a la propagación de patógenos. A temperatura ambiente, las esponjas y los paños húmedos proporcionan el entorno perfecto para que las bacterias se multipliquen, sobre todo porque entran en contacto con los gérmenes con frecuencia. Para minimizar este riesgo, deben dejarse secar bien después de cada uso y reemplazarse una vez por semana. Esto no significa que tengas que comprar constantemente nuevas esponjas y paños. Sin embargo, deben lavarse a un mínimo de 60°C. Como los paños se secan mejor que las esponjas, son más recomendables.

10. Evitar la postergación

No solo en los pisos de estudiantes, sino también en las cocinas de otras personas, el aplazamiento de las tareas domésticas es un asunto importante. Al fin y al cabo, no solo los platos cubiertos de moho suponen una amenaza para la higiene. Incluso una mancha que no se limpia inmediatamente al cocinar, un recipiente de carne con agua condensada que no se tira inmediatamente, o el mango del refrigerador que ha estado sucio durante semanas aumentan el riesgo de transmisión de gérmenes.

Mantener tu cocina limpia no es una tarea complicada ni costosa. Un primer paso es hacer una compra consciente: eso significa prestar atención al estado de los alimentos y transportarlos apropiadamente. La cantidad de alimentos que se compran también es importante. Si solo compras lo que vas a consumir, hay menos posibilidades de que algo se eche a perder. El almacenamiento también debe hacerse con sentido común para que los productos duren el mayor tiempo posible. Por último, pero no por ello menos importante, debes tomarte el tiempo necesario para preparar los alimentos con tranquilidad y limpiar rápidamente las superficies y utensilios sucios, y sustituirlos si es necesario.