10 errores al usar la secadora
Cuando el día está húmedo o frío no es posible colgar la ropa para que se seque fuera. Y aunque haya trucos para poder secar la ropa dentro de la casa sin que corramos peligro de que las paredes se enmohezcan, la secadora es algo muy práctico. Especialmente en el caso de familias con hijos, esta puede ahorrar mucho trabajo. Sin embargo, hay algunas formas de usarla que pueden arruinar tu colada. Evita estos 10 errores a toda costa:
1. Echar la ropa sin mirar
El primer error no es tanto el propio secado como el electrodoméstico utilizado justo antes: la lavadora. Por ejemplo, si una mancha no se ha eliminado por completo, el aire caliente de la secadora la "quemará". Por ello, comprueba cómo ha quedado la ropa antes de meterla en la secadora.
También puede suceder que la secadora deje mal olor en la ropa. Esto también puede tener como causa la lavadora. La trampa es que los olores desagradables los esconde el perfume del detergente. En la secadora, el hedor se despliega y se asienta. Por lo tanto, comprueba si necesitas limpiar tu lavadora. Este artículo te mostrará cómo hacerlo.
Consejo: A menudo los modelos más nuevos están diseñados con función de equilibrio de energía y agua, pero no eliminan por completo los gérmenes y los residuos de suavizante de la ropa. Puedes comprobar si tu lavadora realmente alcanza la temperatura deseada sujetando el cable delgado de un termómetro con sensor externo en la junta de la puerta.
2. Se limpia sola
Naturalmente, tienes que limpiar el filtro de pelusas después de cada uso y, en el caso de las secadoras de condensación, es necesario vaciar el depósito de agua. Si te olvidas de vaciar el depósito, la secadora detendrá el programa y la ropa húmeda se quedará en el tambor. Si el filtro de pelusa está lleno al comienzo, entrarán pelusas en el condensador. Con el tiempo, el polvo bloqueará la bomba de agua y la pelusa formará moho. Sin embargo, ya que no podemos evitar por completo que se forme pelusa incluso con un manejo correcto, tenemos que limpiar el condensador regularmente. En las secadoras de evacuación, es necesario revisar el conducto de evacuación. Si hay pelusas, aumentará el consumo de energía.
Consejo: Muchas secadoras con bomba de calor avisan que son "autolimpiantes". El condensador se limpia con el agua condensada. Pero no pocos modelos tienen problemas con ello. Sin embargo, incluso cuando la autolimpieza no hace de las suyas, de vez en cuando se acumula un poco de polvo y acaba adhiriéndose al intercambiador de calor. Para evitar esto, de forma ocasional puedes limpiar el depósito de condensación con agua y vinagre sin lavado. Esto también evitará que se acumule el moho.
3. Al baño
Especialmente en el caso de las secadoras de condensación, muchos piensan que la ubicación no importa. Pero esto no es verdad. Las secadoras no deben colocarse nunca en habitaciones húmedas o cálidas, como un cuarto de baño con calefacción y sin ventanas. Esto se debe a que la humedad del aire alarga el proceso de secado. La fuente constante de calor hace a su vez que el material de la colada esté expuesto a un mayor desgaste.
Asegúrate de que la zona de delante del electrodoméstico no esté obstruida. El aire llega desde la parte delantera y cuando este se acumula, contiene niveles más altos de humedad.
4. Relleno de espuma
Las hombreras rellenas dejaron de estar de moda, pero aún sigue habiendo rellenos de espuma, por ejemplo en los sostenes. Si este tipo de prenda acaba en la secadora, hay peligro inminente de incendio. El material de espuma se calienta mucho y puede hincharse. El aire caliente facilita que se prenda fuego.
Consejo: Solo por los pequeños agujeros que producen los sujetadores en camisetas y jerseys es aconsejable lavar los primeros en una bolsa de red para la lavadora. Mete allí también las otras prendas con relleno de espuma para que no acaben por accidente en la secadora.
5. Demasiado suavizante
Si usas demasiado suavizante, no solo estás dañando tu lavadora; los restos de suavizante también se depositan en la secadora. El sensor de humedad se atasca, lo que hace que la ropa se seque durante demasiado tiempo. También, en el interior, el vapor de agua puede hacer que se formen depósitos y que estos creen moho.
Consejo: Con el tiempo también se acumula cal en la secadora. Limpia el sensor de humedad de vez en cuando con una esponja. Frota también ocasionalmente el tambor y el compartimento del tanque de agua con agua con vinagre. Algunos suavizantes desarrollan un olor desagradable con el calor. Si cuando tu ropa se seca desprende olor a humedad, podría deberse al suavizante.
6. Sin tiempo
La ropa no debe quedarse mucho tiempo dentro de la secadora, porque después de secarla, el calor deja en ella restos de humedad. Por tanto, siempre saca la ropa justo después de que el programa de secado acabe. Asimismo, no acabes un programa de secado mientras esté en marcha. En las secadoras de condensación, todavía hay agua en el condensador que aún no se ha bombeado al tanque.
Consejo: Si tu secadora es nueva, ten a mano el reloj. Con un poco de experiencia puedes calcular cuánto durará un programa. Por otro lado, el centrifugado de la lavadora también te ahorrará tiempo luego en la secadora. Cuanta más agua expulse, menos trabajo tendrá que hacer la secadora. El centrifugado también usa menos energía que el secado, por lo que tus costes de electricidad también bajarán.
7. ¿Qué etiqueta?
No todas las prendas de ropa pueden secarse en la secadora: normalmente esta información viene en la etiqueta. Si, como en la imagen de abajo, aparece un círculo con una cruz dentro de un cuadrado, la prenda no se puede secar en la secadora. Si por algún motivo la etiqueta no está, ten en cuenta que por regla general las siguientes prendas no van a la secadora: camisetas con letras grandes, partes superiores delicadas, en especial aquellas con lana, seda o acrílico; la ropa funcional o los jeans elásticos.
Consejo: Puesto que la ropa delicada no debe girar demasiado en la lavadora, a menudo llega muy húmeda a la secadora y tarda una eternidad en secarse. Sécalas primero un poco en la secadora con un programa corto y suave. Luego ponlas en el tendedero.
8. Reciclado de agua
El reciclado es algo estupendo, pero no siempre. Utilizar el agua condensada para regar tus plantas o planchar no es buena idea. Seguramente hay personas que llevan años haciéndolo y nunca tuvieron problemas, pero el agua condensada contiene restos de detergente y pelusas. Ni las plantas ni a tu plancha le gustan. Míralo del siguiente modo: cuando secas la ropa en el tendedero, no piensas que es un desperdicio de agua, ¿verdad?
9. Encendido y apagado
Según un estudio, las secadoras son los electrodomésticos que se incendian con más frecuencia; y esto no se debe únicamente a los rellenos de espuma. El aire caliente y seco provoca que los pequeños cortocircuitos o defectos en los cables tengan un efecto fatal. Si en la zona de tu secadora huele ligeramente a quemado, a químico, o incluso como a pescado, puede indicar que hay partes eléctricas rotas. Por ello, no salgas nunca de casa mientras la secadora esté funcionando.
Consejo: Es buena idea instalar un detector de incendios encima de la secadora. Si tienes la sensación de que después del secado huele a pelusa quemada, vale la pena quitar el panel trasero y aspirar el interior del aparato. Las capas de polvo dificultan el enfriamiento de los motores y pueden provocar incendios en los cables.
10. Usarla demasiado
Y finalmente algo que muchos pensaban ya: si usas demasiado o de forma exclusiva la secadora, tu ropa se estropeará. Esto se debe a la ya mencionada pelusa: según unos tests, la ropa pierde cerca de una milésima parte de sustancia por cada secado. Aunque suene a poco, la resistencia del tejido también sufre. Los tejidos no solo se vuelven más finos: también son más susceptibles a agujeros, deformaciones y roturas.
Consejo: Seca la ropa fuera también de vez en cuando en invierno, si no llueve o nieva. El aire helado acelera incluso el secado.
Si evitas estos errores, ¡podrás disfrutar de tu ropa favorita durante más tiempo!