5 importantes datos sobre el aceite de palma

A finales de 2018 se produjo un escándalo en la televisión británica: una asociación ecologista emitió un anuncio navideño que mostraba la deforestación del sudeste asiático por causa del aceite de palma, que fue censurado al poco tiempo. El clamor popular fue grande: en pocos días unas 600.000 personas firmaron una petición popular en contra de la censura. La organización que había retirado el anuncio tuvo que proteger a sus empleados de las agresiones ciudadanas. 

Pero ¿qué tiene el aceite de palma que tanta agitación causa? ¿Por qué cadenas de supermercados enteras prescinden de los productos hechos con aceite de palma? ¿Y por qué pese a esto sigue aumentando la producción? A continuación encontrarás 5 datos sobre el aceite de palma que te harán reflexionar. Pero algo podemos adelantarte ya: las respuestas a este tema no son para nada simples. 

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1. El aceite de palma destruye el medio ambiente y el hábitat de muchos animales

A una velocidad vertiginosa, las plantaciones de aceite de palma se multiplican por las islas de Indonesia y Malasia. Como gigantescas alfombras, se extienden en mitad de la selva, rectangulares y monótonas. Mientras tanto, sobre ellas se cierne una nube amarilla: el humo de las llamas de los bosques que hay que despejar para poder seguir cultivando. 

Esto no solo pone en peligro la biodiversidad única. En pocas semanas se producen más gases de efecto invernadero que en Alemania en todo un año.

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2. El aceite de palma es malo para la salud

El aceite de palma tiene una elevada proporción de ácidos grasos saturados: en el aceite de palmiste llega al 80%. Se sospecha que el ácido palmítico, en particular, aumenta los niveles de lípidos y colesterol en la sangre. 

Más inquietante aún es un estudio que concluye que el aceite de palma frecuentemente contiene contaminantes cancerígenos. Sin embargo, el nivel era muy bajo en productos con aceite de palma muy conocidos, como la Nutella, mientras que algunos productos sin aceite de palma presentaban un nivel de contaminación sorprendentemente alto. Por tanto, el aceite de palma no es en sí mismo cancerígeno. Depende de la forma en la que se haya producido el aceite. 

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3. El aceite de palma es común

Especialmente en Europa, no es buen momento para los productores de aceite de palma. Sin embargo, estos se aferran a su producción por varios motivos: es fácil de procesar, tiene un color y un sabor neutros, tiene una larga vida útil y, por último, pero no menos importante, tiene la consistencia perfecta a temperatura ambiente: ni demasiado firme ni demasiado suave, una propiedad para la que, de otro modo, habría que utilizar grasas endurecidas.

Sin embargo, la palma aceitera es increíblemente productiva: una plantación media produce 3,7 toneladas de aceite de palma por hectárea. En comparación, una hectárea de colza produce solo 0,7 toneladas de aceite. Esto hace que el aceite de palma sea barato, lo que satisface la creciente demanda de grasas vegetales en la alimentación, los cosméticos, los piensos y los combustibles, este último a la cabeza, con una cuota superior al 40%. En pocos años, el aceite de palma se ha convertido en una de las materias primas más importantes del mundo.

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4. Los ecologistas se oponen al boicot al aceite de palma

A pesar de las impactantes consecuencias para los animales y el medio ambiente, la mayoría de los ecologistas se oponen al boicot del aceite de palma. Si se sustituyera el aceite de palma por otras grasas vegetales, habría que arrasar mucha más tierra. En este sentido es mucho más importante que mejoren las condiciones en las que se produce el aceite de palma, afirma Erik Meijaard, de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN). Muchas organizaciones trabajan para conseguirlo mediante la emisión de certificados. Aunque el incumplimiento de estos certificados se produce con frecuencia, si los clientes renunciaran por completo a estos productos, las organizaciones ecologistas dejarían de tener medios de presión.

Por cierto, la marca Nutella, a menudo denostada, utiliza desde 2013 únicamente aceite de palma certificado, hecho que elogian Greenpeace y WWF. Por otro lado, la campaña "Save the Rainforest" es puro "greenwashing".

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5. Cada consumidor puede poner su granito de arena

La compra consciente de productos que tengan certificado de sostenibilidad al menos da a los fabricantes una señal para que presten más atención a las condiciones de sus plantaciones de aceite de palma. Sin embargo, esto sigue dejando sin resolver el problema básico: el aumento incontrolado de la demanda de grasas vegetales. Achacarlo a que Asia es la gran productora no debería ser excusa. El argumento del continente oriental es que los europeos talaron sus bosques primigenios hace 150 años y se beneficiaron de ello, y ahora les toca a ellos. Por eso, en lugar de pasarse la pelota unos a otros, algunos sugieren que cada uno se pregunte qué puede cambiar. Ir en bicicleta más a menudo, por ejemplo, sería un primer paso. Prescindir de los miles de botes innecesarios de cremas de día y de noche y cocinar más a menudo en lugar de consumir comida congelada, otro más. Esto además sería bueno para tu salud. 

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1 de cada 2 supermercados ofrecen aceite de palma en sus estanterías. Por ello es importante saber la información más relevante sobre el producto. Sin embargo, la situación sigue siendo complicada. ¿Qué opinas tú de este tema: no comprar más productos de aceite de palma y llenar el depósito con gasóleo en lugar de biodiésel? ¿Quieres cambiar tus hábitos de consumo? ¿O consideras que la responsabilidad recae más en los países donde se encuentran las plantaciones de aceite de palma?

Créditos:

zeit,

sueddeutsche,

utopia

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