5 trastornos de la digestión que te engordan
Cerca del 30 por ciento de la población mundial tiene demasiados kilos bajo las costillas. Las principales causas de la obesidad de la mayoría de la población siguen siendo una alimentación poco saludable y la falta de ejercicio. A veces, los trastornos metabólicos o los problemas hormonales (por ejemplo, el hipotiroidismo) también juegan un papel importante. Lo que mucha gente no sabe es que algunas veces la obesidad también es causada por un trastorno digestivo.
Los siguientes 5 problemas digestivos pueden hacer que subas de peso:
1. Úlcera péptica
Cuando se produce una úlcera estomacal, las lesiones en la pared estomacal o en el intestino delgado aumentan la producción de ácido. Esto puede causar náuseas, vómitos, presión en la parte superior del abdomen (durante o después de comer) y sangrado estomacal. Ciertos fármacos (por ejemplo, la cortisona), una infección causada por la bacteria Helicobacter pylori, o una alteración de los movimientos del estómago son solo algunas de las muchas razones que pueden causar una úlcera de estómago. Debido a que los síntomas suelen desaparecer ingiriendo ciertos alimentos, corres el riesgo de comer más de lo que necesitas, lo que favorece un rápido aumento de peso. Una úlcera estomacal solo se puede diagnosticar con una gastroscopia. Los afectados deben abstenerse completamente de tomar café, nicotina, alcohol y alimentos grasos. También deben beber mucha agua y té alcalino.
2. Síndrome del intestino irritable
Las personas con síndrome del intestino irritable sufren varios problemas digestivos. Los médicos suelen tener problemas para detectar las causas físicas. Los síntomas incluyen dolor abdominal, náuseas, diarrea, estreñimiento e irregularidades en las heces. A menudo se presentan inflamaciones y una flora bacteriana negativa, lo que favorece un aumento de peso. Los pacientes deben cambiar su dieta por una alta en fibra y baja en azúcar. También es mejor comer 5 comidas pequeñas en lugar de unas pocas más abundantes. Además los pacientes también deben evitar el estrés. Los tés de comino o de hinojo ayudan a combatir la flatulencia. Se puede usar una bolsa de agua caliente para aliviar el dolor abdominal. Si este es muy intenso, los analgésicos pueden ayudar.
3. Estreñimiento
El estreñimiento también puede conducir a un aumento de peso. A medida que los desechos se acumulan en los intestinos, los nutrientes ya no pueden utilizarse adecuadamente. Además, la liberación de toxinas en los intestinos puede causar inflamación. Esto puede provocar la sensación de estar aumentando de peso o seguir gordo a pesar de llevar una dieta adecuada. Para aliviar el estreñimiento y ver los resultados de tus esfuerzos para bajar de peso, debes beber al menos 2-3 litros de agua al día. También debes moverte por lo menos 30 minutos diariamente. Las caminatas regulares son un buen comienzo. También es importante consumir mucha fibra en forma de frutas, verduras y productos integrales. Además, los laxantes naturales pueden ayudar. Por último es aconsejable comer chucrut (col fermentada) o beber suero de leche regularmente.
4. Flora bacteriana poco saludable
Ya tengas muy pocas o demasiadas bacterias en el intestino, esto puede perjudicar la absorción y utilización de nutrientes. Además, el metabolismo se ralentiza, lo que puede provocar un aumento de peso, estreñimiento o diarrea. En este caso, se recomienda tomar bacterias intestinales "buenas" en forma de cápsulas. También ayuda consumir yogur natural y evitar los alimentos grasos y azucarados, ya que pueden afectar negativamente al pH (acidez-alcalinidad) del intestino.
5. Reflujo gastroesofágico
Una de cada 10 personas en el mundo occidental padece reflujo. El contenido ácido del estómago vuelve al esófago. Esto provoca un desagradable ardor en el área del pecho y acidez estomacal. Algunos alimentos pueden ayudar a que los síntomas desaparezcan, como los productos integrales o los plátanos. Pero si se ingieren en grandes cantidades pueden dar lugar a un aumento de peso ya que contienen demasiadas calorías. En general, las personas afectadas deben evitar a toda costa los alimentos picantes, dulces o grasosos. La nicotina, el alcohol y el agua carbonatada (refrescos) también deben eliminarse. Además, se recomienda tomar la última comida del día al menos 3 horas antes de irse a la cama y colocar la parte superior del cuerpo en un nivel más alto mientras se duerme, para lo que es necesario utilizar una almohada extra. Esto evita que el ácido gástrico entre en el esófago.
Si sospechas que tu obesidad puede estar relacionada con un problema digestivo, debes consultar a un médico. También es importante comer saludablemente, beber mucha agua y hacer suficiente ejercicio todos los días.