7 riesgos para la salud provocados por las harinas blancas

La harina refinada se encuentra en muchísimos productos procesados industrialmente, así como en ingredientes caseros. Durante el proceso de refinamiento, el germen y la capa exterior del grano son eliminadas, lo que significa que también se pierden muchas vitaminas, minerales, proteínas y otros nutrientes. Aunque muchas personas están conscientes de que las harinas blancas no son muy sanas, el consumo a nivel mundial es enorme. Por esta razón, es importante que conozcas los efectos que el azúcar refinada puede tener en tu organismo. 

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Aquí tienes siete riesgos asociados al consumo excesivo de harinas blancas...

1. Obesidad

Las harinas blancas no te provocan una sensación de saciedad ya que casi no contienen fibra. En cambio, incrementa rápidamente los niveles de azúcar, los cuales caen nuevamente después de muy poco tiempo. Esto suele producir mucha hambre, por lo que se consume más comida de lo normal. Por todo esto, debes optar por las harinas integrales, ya que te mantienen satisfecho por más tiempo. 

2. Diabetes tipo 2

Un estudio realizado en Finlandia demuestra que el riesgo de contraer diabetes tipo 2 disminuye si consumes muy pocas harinas blancas en tu dieta. Una subida repentina de los niveles de azúcar en la sangre provoca que tu organismo aumente sus niveles de insulina. El almidón se convierte en azúcar en el tracto digestivo y entra de inmediato a la corriente sanguínea. Además, el consumo frecuente de harinas blancas, puede volverte resistente a la insulina, lo que incrementa el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. 

3. Desequilibrio ácido-base

El relación ácido-base del cuerpo humano debe ser de 7.4 (ligeramente alcalino). Debido a que muchas personas tienen demasiada acidez en el cuerpo, es importante revisar tus niveles de acidez regularmente, ya que se mantiene alto durante mucho tiempo, puede provocarte muchas enfermedades y alteraciones físicas. Un desequilibrio del ácido-base puede debilitar tu sistema inmune y obstaculizar la absorción del calcio. Otros riesgos para la salud incluyen migraña, reumatismo y osteoporosis.

4. Alergias

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Las harinas blancas contienen gluten, una proteína que da la mucosa del intestino. Síndrome del intestino permeable, como se le conoce, aumenta el riesgo de una reacción exagerada del sistema inmune, que se manifiesta en forma de alergias e intolerancia a muchos alimentos. Además, te vuelves más susceptible a contraer infecciones. 

5. Depresión

Un estudio de los EE. UU. ha concluido que consumir carbohidratos de liberación rápida pueden dar lugar  a una depresión. Esto también se debe a las fluctuaciones en los niveles de azúcar, lo que causa que el organismo despida ciertas hormonas que no debe, causando cambios de humor drásticos y cansancio. 

6. Inflamaciones

Consumir harina blanca refinada puede causar un proceso inflamatorio llamado "glaciación", el cual se asocia con frecuencia a enfermedades crónicas, tales como alteraciones cardíacas o artritis. Los cambios constantes en los niveles de azúcar evitan que el organismo convierta las proteínas en energía de forma eficaz, lo que da como resultado un incremento de los valores inflamatorios. 

7. Problemas digestivos 

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Si a menudo tienes problemas de estreñimiento, deberías reducir tu consumo de harinas blancas. Durante el proceso de refinamiento, se pierde alrededor del 80% de la fibra del grano, la cual es clave para una digestión saludable. 

Comer harinas blancas provoca flatulencias con frecuencia, diarrea, náuseas y, como consecuencia, pérdida de peso. Si presentas algunos de estos síntomas, podrías ser intolerante a la glucosa (celíaco). Si no es tu caso, de todas formas sería muy positivo reducir la cantidad de harinas blancas en tu dieta. ¡Tu cuerpo te lo va a agradecer!

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