Estos 8 hábitos pueden ser peligrosos para el cuerpo
Todo el mundo sabe, por ejemplo, que muy poco sueño y demasiada comida grasosa no son saludables. Pero también hay cosas que dañan nuestra salud sin que lo sepamos. Algunos hábitos cotidianos, como estornudar o masticar chicle, pueden tener consecuencias negativas para el cuerpo humano.
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El siguiente artículo explica qué hábitos conscientes e inconscientes ponen en peligro nuestra salud y cómo protegerse de las consecuencias.
1. Masticar demasiado chicle.
Estos "inofensivos" caramelos pueden causarnos daños considerables. Pero no hay ningún problema si solo masticamos chicle de vez en cuando para ahuyentar el sabor del almuerzo antes de una reunión o entrevista, por ejemplo.
Sin embargo, el consumo diario de chicles puede aumentar la producción de saliva, que más tarde destruye el esmalte de los dientes, por lo que se vuelven más porosos y más susceptibles a las caries.
Además, la sobreproducción de saliva estimula la producción de jugos gástricos. Un exceso puede causar inflamación o incluso úlceras en el tracto digestivo. Por lo tanto, debes abstenerte de masticar chicle antes de las comidas.
2. Lavarse el cabello con agua muy caliente.
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Después de un día agotador, nada mejor que una ducha caliente. Pero ten cuidado de no mantener tu cabello demasiado tiempo bajo el chorro de agua a altas temperaturas, ya que esto puede quemar el cuero cabelludo, eliminar la grasa de las glándulas sebáceas y hacer que el pelo se vuelva seco y quebradizo.
Una ducha demasiado caliente también puede causar dolores de cabeza y mareos. Reducir un poco la temperatura en cada ducha puede ayudarnos a adaptarnos mejor a temperaturas más bajas.
3. Soplar sobre las heridas.
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Después de cortarse los dedos, muchas personas tienden a lamer la sangre o a soplar sobre la herida. Sin embargo, esto es malo para la cicatrización de heridas.
Hay cerca de 600 tipos diferentes de microorganismos en la boca humana. Algunos pueden dificultar la correcta cicatrización al entrar en contacto con la herida abierta o incluso causar una inflamación en la zona. Después de limpiar la herida con agua, tienes que vendarla. Si se trata de una lesión más grande, acude a tu médico.
4. Leer cuando estás acostado.
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Muchas personas leen un poco por la noche en la cama antes de dormirse. Sin embargo, debes tener en cuenta que la postura más cómoda no siempre es la mejor. Siempre hay que sentarse derecho y no sostener el libro demasiado cerca de los ojos. Nunca leas acostado (boca abajo). Esta postura afecta el cuello y puede tener consecuencias dolorosas.
5. Usar un palillo de dientes.
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Aunque muchos restaurantes tienen palillos de dientes para sus comensales, lo mejor es que tú mantengas tus manos lejos de ellos. Los palitos de madera puntiagudos pueden lesionar las encías sensibles y causar inflamación. Los dentistas recomiendan el uso de hilo dental porque limpia suavemente los espacios interdentales. Por lo tanto, se recomienda llevar siempre consigo un paquete de hilo dental para no caer en la tentación de usar palillo de dientes después de comer.
6. Reprimir los estornudos.
Un hábito peligroso es reprimir el estímulo las ganas de estornudar. Esto no solo previene la liberación de bacterias del cuerpo, sino que también bloquea la liberación de cantidades considerables de energía. Después de todo, la presión acumulada se descarga a una velocidad de hasta 180 km/h. Cuando se suprime, toda esta energía se desvía hacia el cuerpo y puede forzar o incluso lesionar el tímpano y el esófago.
7. Aguantarse las ganas de ir al baño.
Al igual que el reflejo del estornudo, uno no debe retrasar demasiado las idas al baño. Esto se debe a que los músculos de la vejiga y los intestinos se tensan por la sobrecarga, lo que puede ocasionar una cistitis o estreñimiento. Esto no solo es doloroso, sino que también puede tener otras consecuencias para la salud, como la intoxicación de la sangre.
8. Susurrar.
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Si no puedes hablar abiertamente y a un volumen normal, debes guardar silencio. Según el profesor de canto Robert Sataloff, susurrar no es una alternativa saludable a la comunicación, ya que la mayoría de las personas esfuerzan demasiado sus cuerdas vocales y dañan su laringe a largo plazo. Especialmente las personas que tienen que hablar mucho en la vida diaria deben abstenerse de susurrar.
¿Quién iba a pensar que estas y otras cosas cotidianas tienen una influencia tan grande en la salud, al menos si se realizan con demasiada frecuencia? Si uno está más atento de ahora en adelante, puede evitar estos peligros. Lo mejor, todo con medida, nada con exceso.