8 tips para rescatar el césped quemado
Los veranos cálidos y secos son desgraciadamente ya algo habitual. Con el fin de ahorrar agua y dinero, a veces no es posible regar el césped durante todo el verano o de forma suficiente. Las raíces de muchos árboles y arbustos pueden ser bastante largas y capaces de abastecerse de las capas más profundas del suelo. Sin embargo, las raíces del césped solo miden diez centímetros, por lo que la hierba se seca después de unos pocos días de calor y falta de agua.
Afortunadamente, el césped es una planta robusta y resistente. Aunque la parte superior del césped se seca con el calor, las raíces subterráneas sobreviven. Una vez que llueva, el césped podrá regenerarse. Con los siguientes consejos para el cuidado del césped, podrás mantenerlo de la mejor manera posible en verano y reparar las zonas resecas.
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1. Abono
El césped necesita nutrientes. Sin embargo, el exceso o la falta de abono pueden hacer que el césped se queme en verano. Por lo tanto, abona el césped según las instrucciones del fabricante del producto. Utiliza la dosis correcta y un abono adecuado al tipo de suelo de tu jardín. El análisis del suelo o el asesoramiento de un distribuidor especializado pueden ayudarte a elegir el abono adecuado. Como medida de precaución, refuerza tu césped con un abono especial de otoño antes del invierno.
2. Riega el césped adecuadamente
Si quieres evitar que el césped se seque, no tienes más remedio que realizar un riego adicional, por ejemplo, con un aspersor. Sin embargo, no es necesario regar a diario. Lo mejor es regar entre 1 y 3 veces a la semana de forma intensa. Así el agua también alcanzará las capas de suelo más profundas y las raíces del césped seguirán creciendo abajo. A largo plazo, este enraizamiento hace que el césped sea menos susceptible a la sequía.
¿Cuánta agua necesita el césped por riego?
La cantidad ideal es de 10 a 25 l de agua por metro cuadrado. Puedes comprobar esto colocando un vaso cilíndrico corriente sobre el césped bajo el aspersor. Si el vaso se llena hasta los 2 cm, habrás regado 20 litros por metro cuadrado. La mejor hora del día para regar el césped es por la mañana temprano. A esta hora el agua no evaporará tan rápidamente y las raíces absorberán mejor la humedad. Lo mejor es colocar varios aspersores en el jardín -según la superficie del césped- e instalar un temporizador. De este modo, podrás asegurarte de que cada zona de césped reciba suficiente agua.
3. Retira las malas hierbas del césped quemado
Las malas hierbas del césped, que tienen raíces profundas, soportan mucho mejor los periodos de sequía que la hierba del césped. En verano, las malas hierbas se apoderan rápidamente de zonas enteras del césped. Por lo tanto, revisa tu césped con regularidad y elimina todas las malas hierbas y sus raíces lo antes posible. Para eliminar las largas raíces de la planta, lo mejor es utilizar un cuchillo de cocina o un desbrozador de césped.
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4. Escarificar el césped seco
Hasta principios de noviembre se puede escarificar el césped quemado. De esta forma se eliminan los residuos de césped secos y enmarañados después de un verano seco. Sin embargo, este método es controvertido. Los expertos en jardinería consideran que no es necesario escarificar el césped si se le proporciona un abono orgánico dos o tres veces al año.
En cualquier caso, es importante escarificar el césped solo cuando vuelva a estar realmente verde después de un verano seco.
5. Corta el césped por la tarde
Si cortas el césped a destiempo, provocarás involuntariamente que se queme más rápido. Corta el césped únicamente por la tarde, especialmente en días calurosos de verano. Esto da tiempo a que los cortes en las hojas de hierba se regeneren durante la noche. Además, el césped ya no está ocupado con la fotosíntesis y puede concentrarse plenamente en la regeneración.
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6. Vuelve a sembrar parches desnudos
Las malas hierbas se extienden con especial rapidez en las zonas de césped sin vegetación. Por lo tanto, debes resembrarlas. Afloja la tierra en la zona calva con un rastrillo y siembra la semilla, preferiblemente con una mezcla especial para resiembra. Riega esta zona varias veces al día. Para que el nuevo césped crezca bien, la tierra no debe secarse.
Si quieres evitar tener que regar a diario, espera hasta septiembre o como máximo hasta principios de octubre antes de resembrar. Por esa época el suelo sigue estando cálido pero más húmedo que en verano.
7. Reenraizar el césped
Si no se produce ninguna mejora, la prueba de la raíz mostrará si el césped aún puede salvarse. Si lo único que está marrón son las hojas, aún hay posibilidades de regeneración. Sin embargo, si las raíces han muerto debido al calor, cualquier ayuda vendrá demasiado tarde. Para la prueba, recorta un trozo estrecho de césped de unos 10 a 15 centímetros de profundidad con una pala y examina las raíces. Si las raíces se han secado, hay que replantar el césped. Lo mejor es elegir una semilla que se adapte especialmente bien a la sequía.
8. Protege tu césped en invierno
Intenta pisar el césped lo menos posible en invierno. Este necesita el invierno para recuperarse de un verano seco. Además, las huellas que se hayan provocado durante la estación fría permanecerán visibles durante mucho tiempo. Como el césped deja de crecer a partir del otoño, solo puede regenerarse en primavera.
Aunque un verano seco pase factura a tu césped, con el cuidado adecuado podrás mantener o, con un poco de suerte, recuperar su exuberante verde. ¿Cómo está tu césped este año? ¿Conoces algún otro consejo para su cuidado?
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Fuentes: haus, t-online, ndr
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