Cómodo y muy suave: alfombrilla con tubos de papel higiénico y lana

Levantarse por las mañanas con el pie izquierdo ya es malo de por sí. Y además sentir el suelo frío bajo las plantas de tus pies, que momentos antes estaban cómodamente resguardados bajo la manta, solo empeora la situación. Pero al menos podemos cambiar esto último con dos tubos de papel higiénico y mucha, mucha lana de colores.

Necesitarás:

  • Lana de diferentes colores
  • Tijeras
  • Tubos de papel higiénico 
  • Base antideslizante para alfombrillas

Así se hace:

Reúne los ovillos de lana de los colores que hayas elegido para tu alfombra. Toma dos tubos vacíos de papel higiénico, sostenlos juntos y enróllalos con el hilo de un ovillo de lana.

Corta el hilo de lana cuando hayas alcanzado el mismo grosor que en la foto.

Para asegurarte de que permanece fijo, toma otro hilo de lana y colócalo entre los dos rollos, presiona con firmeza y haz un nudo.

Después, saca cuidadosamente los tubos de papel. Déjalos a un lado para utilizarlos de nuevo para el siguiente pompón.

Aprieta bien del hilo una vez más para que todo esté bien atado.

Corta la bola de lana que acabas de hacer por ambos lados con unas tijeras afiladas, de modo que se transforme en un pompón.

Recorta un poco el pompón para que los hilos que sobresalen tengan aproximadamente la misma longitud.

Ata el pompón a la base antideslizante con el hilo con el que previamente ataste el pompón.

Repite los pasos anteriores tantas veces como haga falta, utilizando varios colores, hasta que tengas los pompones suficientes para rellenar la alfombra a tu gusto.

Así tendrás un diseño único que muchos envidiarán. ¡Y todo hecho por ti mismo!

Esta mullida alfombra hecha por ti mismo no sólo es un gusto para los pies, sino también para la vista. Suave, colorida y fácil de hacer, ¿qué más se puede pedir?

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