Héroe local salva un pueblo empobrecido con un invento sencillo

Algunas veces, los inventos más simples son los más brillantes. La mejor prueba de que las ideas más sencillas pueden hacer una gran diferencia es la historia de Alfredo Moser. En 2002, el brasileño se quedó literalmente en la oscuridad debido a los constantes apagones que ocurrían a menudo en su ciudad. Al igual que el resto de su comunidad, este mecánico necesitaba la luz eléctrica para hacer su trabajo correctamente, y empezó a buscar soluciones hasta que se le ocurrió una brillante idea. 

Alfredo tomó un par de botellas de plástico y las rellenó con agua y lejía (blanqueador de ropa). Después hizo algunos agujeros en el techo de su casa e introdujo las botellas en ellos, de manera que la parte superior de las botellas se asomaran por encima del techo. Pensando a largo plazo, Alfredo fijó las botellas con resina de poliéster para prevenir el goteo durante las lluvias. 

El invento de Alfredo está basado en conocimientos básicos de física. Las botellas actúan como bombillas improvisadas gracias a la refracción de la luz. Los rayos de sol que iluminan la parte de la botella que sobresale del techo es amplificada y distribuida por el agua, como un prisma, lo que hace que las botellas se enciendan. la lejía sirve para prevenir que el agua se ponga ensucie debido a la formación de algas. 

Las bombillas eléctricas convencionales no son tan prácticas como las de Alfredo. Dependiendo de la intensidad de la luz, la "lámpara Moser", nombre que le dio orgullosamente Alfredo a su invento, equivale a 40 o 60 vatios. Además su producción es muy barata, es durable, y lo mejor de todo es que no requiere electricidad o fuente artificial de energía para funcionar. La creación ha sido una verdadera bendición para la comunidad de Alfredo, y apareció justo en el momento en que Brasil experimentaba apagones con mayor frecuencia, en 2002. ¡No pasó mucho tiempo antes de que todos quisieran instalar lámparas Moser en su propia casa!

Al poco tiempo, todas las casas del barrio de Alfredo, así como el supermercado local, fueron equipadas con las lámparas Moser. ¡Pero esto solo fue el comienzo! Poco después, Alfredo recibió el llamado de MyShelter Foundation, una organización de Filipinas sin fines de lucro, la cual fomenta la sostenibilidad global y el cuidado del medio ambiente. Esta organización apoya las acciones creativas, innovadoras y autosostenibles. 

Illac Angelo Diaz, director ejecutivo de MyShelter Foundation en Filipinas, está muy interesado en el invento de Alfredo y está dispuestos a exportarlo por todo el mundo a través de su proyecto "Litro de Luz", el cual recicla botellas de plástico para transformarlas en bombillas de energía solar. En países pobres que tienen fuentes de energía muy escasas, las lámparas botella una bendición. Hast ahora , el proyecto ha logrado llevar el invento de Alfredo a Colombia, Tanzania y la India. Existen planes para llevarlo a muchos rincones del globo.

Alfredo no recibe ninguna ganancia de su invento. Para el humilde mecánico, el hecho de haber mejorado la vida de millones de personas es una recompensa suficiente. "Hubo un hombre que instaló las luces y en un mes había ahorrado el dinero suficiente para pagar los gastos básicos para el hijo que estaba por nacer. ¿Puedes creerlo?", dijo el inventor. 

Alfredo es todo un héroe, y aunque su invento es sencillo, ha logrado solucionar un gran problema, sobre todo en estos tiempos en los que la sostenibilidad y la conciencia ecológica son indispensables. Sin duda este inventor aficionado merece un premio Nobel, ¿no crees?

Créditos:

BBC News

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