Mira cómo se ve el bebé que nunca comió azúcar en su vida
Como cualquier otra madre, la australiana Shan Cooper solo quiere lo mejor para sus niños. Su hija, Grace, tiene dos años de edad actualmente y, a primera vista, parece una niña normal. Es muy alegre y le gusta jugar con otros niños.
Pero a diferencia de los pequeños de su edad, Grace solo ha tenido un resfriado en su vida. "Juega con muchos niños que tienen flujo nasal y tos, lo que propaga fácilmente los gérmenes. Pero a diferencia de ellos, Grace no se contagia de esas enfermedades", contó la orgullosa madre. Pero ¿por qué esta niña tiene un sistema inmune mucho más resistente que los otros niños?
Shan alimenta a su hija de forma bastente inusual desde el día en que nació y está totalmente convencida de que esta es la razón por la cual su hija es tan sana. Shan tenía alergia a muchos alimentos hasta que cambió sus hábitos a la hora de comer. Ahora se siente mucho más saludable y no padece de problemas relacionados con la comida como en el pasado. Cambiar su dieta la ayudó muchísimo, así que estaba convencida de que también sería beneficioso para su hija.
Ambas, madre e hija, siguen estrictamente la "paleodieta", también conocida como "la dieta del hombre de las cavernas" o "la dieta de la Edad de Piedra". Esta dieta se concentra en la alimentación que los humanos prehistóricos comían supuestamente, y consiste en carne, verduras, frutas y huevos. No incluye ningún tipo de lácteo ni azúcar procesada. Los fieles seguidores de esta dieta afirman que las enfermedades relacionadas con el estilo de vida como la diabetes y los problemas de corazón pueden evitarse con este régimen.
Grace no consume ningún alimento procesado, caramelo o pan, y su dieta tampoco incluye leche. En cambio, su madre la amamanta dos veces al día. Una comida típica para Grace puede consistir en pollo asado con aceite de coco, una papa dulce y un trozo de brócoli, por ejemplo. Aunque Shan está convencida de que esta dieta rica en nutrientes es responsable de la fortaleza del sistema inmune de Grace, algunos nutriólogos consideran que esta forma de alimentación no es la mejor para los niños. Sin productos lácteos, granos ni legumbres se pierde una gran cantidad de vitaminas, nutrientes y fibra necesarios para un desarrollo sano y una dieta balanceada. Shan está consciente de que su hija podría necesitar los lácteos en alguna etapa futura, pero ahora considera que la dieta "paleo" tiene muchos más beneficios para su hija.
A Shan le resulta difícil entender por qué algunas personas son tan críticas con la dieta de su hija. Al final del día, ella la ha alimentado con comida "real", en lugar de alimentos procesados. No es lógico que la gente la señale con el dedo por darle a su hija un plato de verduras, en lugar de criticar a aquellos que le sirven a sus hijos panecitos dulces y comida rápida. Shan sabe que va a llegar el día en que su hija sea invitada a las fiestas de cumpleaños, donde le ofrecerán pastelitos y caramelos que ella no dejará de comer. Solo espera que su hija aprenda a regular la cantidad que consuma.
Mientras Shan habla abiertamente sobre la dieta "paleo" y anima a todos los padres a que reflexionen sobre la alimentación de sus hijos, no siente envidia alguna por la comida que los otros eligen para sus familias.
La trampa de los alimentos azucarados y procesados es que suelen tener muy buen sabor, y cuando Grace esté expuesta a tales alimentos, los elegirá sin duda en primer lugar. Todo lo que Shan desea es que ella misma se dé cuenta muy pronto de que no la hacen sentir bien después de cierto tiempo. Todos conocemos las náuseas y la inflamación de estómago tras un atracón. Es mucho más sano favorecer las dietas balanceadas y un estilo de vida saludable. ¡Los niños se lo agradecerán a sus padres a largo plazo!