Comportamientos raros de niños que son llamadas de ayuda encubiertas

Al igual que los adultos, a lo largo del día los niños expresan una amplia variedad de emociones y estados de ánimo. Por tanto, para los padres no es fácil reconocer cuándo la cosa es "seria".  

Los niños pueden sentirse ansiosos o estresados a causa de diferentes situaciones, y a menudo lo demuestran mediante comportamientos para llamar la atención. Pero también la falta de atención de los padres puede provocar en ellos actitudes agresivas o hiperactividad. Es importante saber reconocer estos comportamientos para poder ayudar al niño. Y es que los niños no lo hacen con maldad, sino para pedir ayuda a los padres. 

Para poder reconocer estas señales indirectas, es necesario observar con atención al niño y comparar su comportamiento con el de otros niños de su edad. Y es que no todo llanto o berrinche son llamadas de atención y algunas son realmente normales para su etapa de desarrollo. 

Pero si tu hijo muestra alguno de los siguientes 10 comportamientos, puede tratarse de una llamada indirecta de ayuda. 

1. Pegar o morder a los padres

La agresión hacia los padres a menudo puede deberse a cómo de desarrollado esté el cerebro del niño. La capacidad de pensar de manera lógica aún está en desarrollo en los niños pequeños. Que estos peguen o muerdan no quiere decir, por tanto, que estén siendo educados erróneamente. Simplemente quiere decir que su cerebro aún no les permite autocontrolarse de forma fiable y por esto alguna vez te tirarán sus juguetes mientras tú les estás intentando dar un beso.

Cómo reaccionar:

Ayuda a tu hijo verbalizando sus sentimientos y mostrándole el comportamiento correcto. Después puedes pedirle que repita el comportamiento adecuado hasta que haya entendido y aprendido la reacción apropiada. 

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2. Pegar a otros niños

En la infancia es cuando se aprende a gestionar emociones, como el miedo o la ira. Hasta el 5º año de vida sus habilidades comunicativas y para afrontar dificultades no están muy desarrolladas, y utilizan los golpes como forma de expresión. 

Los niños de edades mayores se muestran agresivos con los otros por miedo o estrés. Su objetivo es que sus padres los vean para establecer contacto con ellos. Al golpear, llamarán la atención de los padres de inmediato. 

Cómo reaccionar:

En lugar de hablar con tu hijo, puedes acompañarlo e intentar evitar el desastre con antelación. Por ejemplo, redirigir su brazo suavemente y de forma casual cuando veas que está preparado para el "ataque". 

En el caso de niños mayores, ayuda que sepan que estás presente y les prestas atención, y enseñarles una forma de comunicación diferente que no necesita de golpes. 

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3. Llantos

Al llorar, los niños expresan que están estresados, cansados o sobrepasados por las circunstancias. También puede ser que quieran que estés más cerca de ellos. Al comportarse como bebés, buscan la atención, consuelo y apoyo de los padres. 

Cómo reaccionar:

Aunque te sea difícil, intenta no reaccionar con enfado al llanto de tu hijo. En este momento simplemente necesita tu atención. Respira profundamente cinco veces si te molesta el sonido y sé comprensivo. Así fortalecerás la relación con tu hijo y recargarás su batería emocional. 

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4. Tirar o destrozar juguetes

Si tu hijo tira o destroza sus juguetes, o deja de lado un nuevo cochecito o muñeca, puede ser señal de que se aburre en casa. Puede que quiera salir de paseo, realizar alguna actividad creativa o simplemente abrazarte. 

Cómo reaccionar:

Propón a tu hijo otras actividades, pero no seas demasiado insistente o intrusivo. Por ejemplo, empieza a hacer un dibujo. Si tu hijo tiene ganas, se pondrá a hacerlo contigo. 

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5. Cambios de humor

¿Tu hijo empieza a gritar o llorar aunque no haya pasado nada malo? Por ejemplo, puede que le hayas dado un vaso amarillo en vez del rojo que él quería. Que esto pueda ser una catástrofe para tu hijo normalmente se debe a su nivel de desarrollo. Los niños pequeños no son capaces de lidiar con emociones complejas y cualquier pequeña decepción se vuelve muy frustrante y la sienten como el fin del mundo. 

Cómo reaccionar:

Mantén la calma y permite que tu hijo exprese su frustración. Al mismo tiempo, déjale claro que un arranque de emoción tan fuerte no se ajusta a la situación. Enséñale mejores formas de expresar sus emociones y dale a entender que no está bien tirar la comida de la mesa cuando uno está enfadado. 

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6. No dejar que lo vistan o le abrochen el cinturón

Si un niño no deja que lo vistan o le abrochen el cinturón en el coche, normalmente es porque está cansado y quiera relajarse o tiempo para descansar. Su calendario está demasiado lleno de actividades y reacciona al estrés mediante el rechazo. 

Cómo reaccionar:

Piensa en el calendario de actividades de tu hijo y plantéate si está demasiado lleno. Si este es el caso, saca algunas actividades y programa momentos de descanso. 

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7. Decir que no a todo

Algunos niños se niegan a cenar, lavarse los dientes o ponerse el pijama. Parece que no están dispuestos a cooperar. A veces a los padres les parece que el niño solo intenta manipularlos con su comportamiento. Sin embargo, negarse a hacer cosas no tiene nada que ver con esto. A menudo es una señal de que el niño intenta protegerse de influencias exteriores y de no quiere que lo obliguen a cosas. 

Cómo reaccionar:

Para evitar una lucha de poder, no reacciones con amenazas. Con niños pequeños funcionan las distracciones o alternativas para sacarlos del "no". Con niños mayores, puede ser útil ofrecerles dos opciones a elegir. Tomar decisiones en pequeñas cuestiones fortalece la autoestima y la confianza en uno mismo. 

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8. Mentir y engañar

Que tu hijo mienta de vez en cuando no significa que tenga un trastorno de comportamiento. Pero si se vuelve algo frecuente, no debes ignorarlo. Un motivo para que el niño mienta es que tenga miedo a la reacción de sus padres si saben la verdad (por ejemplo, sobre sus notas en la escuela). 

Cómo reaccionar:

En primer lugar, no te lo tomes como algo personal. Segundo, intenta encontrar las raíces de la mentira. Y en tercer lugar, refuerza un comportamiento positivo. 

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9. Correr en círculos o pelear constantemente 

Los niños que no paran quietos, corren sin parar o quieren pelear mucho suelen necesitar más actividad física de la que reciben. De esta forma quieren comunicarte que quieren jugar fuera, saltar o estar con otros niños. 

Cómo reaccionar:

Procura que tu hijo se mueva lo suficiente y organiza encuentros con otros niños para que jueguen y liberen la energía acumulada. 

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10. Miedos

Los miedos son algo muy común en los niños y forman parte de su desarrollo normal. En especial en la primera infancia, tienen miedo de la oscuridad, los monstruos de debajo de la cama o la soledad. Estos miedos son típicos de una determinada edad y desaparecen en su mayor parte con el paso del tiempo. Pero si cuando son un poco mayores los niños siguen teniendo miedos (como cuando se niegan a ir a la escuela o quieren dormir con sus papás todas las noches), quiere decir que les falta seguridad y estabilidad. 

Cómo reaccionar:

Si los niños expresan sus temores, sus padres deben responder a ellos, aunque estos parezcan poco importantes o irracionales. Toma en serio los sentimientos y deseos de tu hijo, no los ignores o los castigues. Anímalos a seguir intentando hacer las cosas a pesar de los miedos. Si tienen miedo a separarse de ti, puedes dejarlos jugando con el niño del vecino, por ejemplo, y hacerle saber que solo estás a una casa de distancia. O caza monstruos con una escoba o con "polvos contra monstruos". Así aprenderá el niño a resolver y hacer frente a situaciones difíciles solo. 

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Cuando tu hijo muestra alguno de estos comportamientos para llamar la atención, es importante mostrar mucha compresión y empatía. Recuerda siempre que tu hijo no se comporta así a propósito; solo quiere hacerte ver que le falta algo. Estabilidad, una estructura y cercanía son importantes para que tu hijo pueda desarrollar la confianza en sí mismo, algo muy importante en la vida. 

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