Un ingenioso ecoactivista consigue su propia comida durante un año

A principios de sus 20 años, Rob Greenfield era un típico estudiante universitario. Como la mayoría de sus amigos, este chico de Wisconsin estaba interesado sobre todo en ir de fiesta toda la noche y salir con mujeres. Pero después de su graduación, la vida de Rob dio un giro dramático.

Mientras estaba en la universidad, Rob soñaba con ser millonario a los 30 años. Pero en cuanto empezó a tomar conciencia de los problemas que el planeta estaba padeciendo, Rob fijó sus aspiraciones incluso en un nivel más alto. Entonces, comenzó a cuestionarse su estilo de vida y sus planes para el futuro.

Rob se dio cuenta de que mucha gente de su edad vivía por encima de sus posibilidades. Y lo que era peor, las numerosas posesiones materiales que había acumulado a a lo largo de los años, ya no lo hacían feliz. Esto lo motivó a hacer cambios radicales en su vida, sobre todo por su bienestar, pero también a favor del medio ambiente y de la sociedad en general. 

Rob empezó poco a poco a producir menos basura comprando productos locales y comiendo menos carne. Poco después, vendió sus dos coches y compró una bicicleta. Esto solo fue el principio: Rob estaba decidido a llevar un estilo de vida lo más autosuficiente posible. Así que con la ayuda de unos amigos, el joven construyó una pequeña casa ecológica de 9 m² en Orlando, Florida.

La diminuta casa le abrió a Rob las puertas a una nueva vida. Para demostrar qué tan seriamente se  estaba tomando su nueva vida, el valiente de Rob decidió superar un ambicioso reto: cultivar y recolectar su propia comida durante un año entero. Esto significaba no más visitas al supermercado, restaurantes ni farmacias. ¿Lo lograría?

Para cultivar sus propios alimentos, Rob puso seis pequeños huertos alrededor de su casa, donde plantó una gran variedad de verduras y hierbas. Los medicamentos los preparó usando ajo, cúrcuma y miel producida por sus panales. 

Rob pasa la mayor parte del tiempo atendiendo su jardín, y recolecta bayas y setas en los bosques cercanos. Para cubrir sus necesidades de proteínas sale a pescar con su caña hecha a mano. Para obtener sal, Rob simplemente hierve agua de mar. El agua potable la recolecta de la lluvia que cae sobre su techo de metal, y que corre después por un sistema de filtración. 

La única comodidad que se permite este hombre autosuficiente es un congelador que le ayuda a almacenar restos de alimentos perecederos. Al principio, Rob quería que su congelador funcionara con paneles solares, pero el riesgo de apagones eléctricos era demasiado alto. Salvo este aparato "de lujo", Rob es completamente autosuficiente. Para preparar sus alimentos, simplemente coloca un poco de restos de alimentos o del jardín en su biodigestor de metano, el cual produce gas para cocinar. 

Youtube/Rob Greenfield

A la hora de la ducha, Rob recurre al agua que recolecta él mismo. Como su letrina es de composta, no requiere agua. Rob incluso cultiva su propio papel de baño: la planta Pycnanthis Barbados, más suave que el papel higiénico normal y 100% biodegradable. 

Youtube/Rob Greenfield

Gracias a su cuidadosa planeación y su trabajo duro, Rob ahora es capaz de vivir de forma autónoma. Ha cosechado tantas frutas y verduras en sus huertos que incluso los comparte con sus vecinos. Y este es uno de sus grandes objetivos: mostrarles a otros que puedes vivir felizmente sin tener que depender únicamente de los supermercados y los gigantes de la industria alimentaria. Para Rob, se trata de crear una gran conciencia acerca de los alimentos y ayudar a la comunidad. 

Rob sigue viviendo de la forma más minimalista posible, con las posesiones que caben en su mochila de viaje. Actualmente viaja por el mundo para enseñar a otros a llevar una vida libre de consumo excesivo y de productos industrializados. Cada grano de arena cuenta, y Rob espera inspirar a las personas a cultivar solo una pequeña cantidad de su propia comida. 

En el siguiente vídeo, Rob nos muestra su casa por dentro:

De aspirante a millonario a ecoactivista, Rob ha cambiado radicalmente su perspectiva de la vida. Como este estadounidense demuestra, es posible tener una vida feliz y libre de placeres superficiales e innecesarios. En palabras de Henry David Thoreau: "Un hombre es rico según el número de cosas de las que puede desprenderse". De esta forma, Rob sería sin duda el hombre más rico del planeta. 

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