Dos métodos para eliminar el mal olor de la ropa

Los malos olores y las manchas de sudor son dos de nuestros enemigos de toda la vida. Todos los días nos enfrentamos a ellos como podemos, pero por fin, hemos hallado la solución a este problema, que más bien se trata de un fenómeno absolutamente natural y saludable. Sudar nos ayuda a regular la temperatura del cuerpo y a eliminar toxinas. No hay razón para satanizar el sudor.

 

En otras ocasiones hemos hablado de algunos desodorantes alternativos, económicos y muy efectivos. Si usas desodorante con aluminio, verás que dejan manchas amarillas en la ropa. Antes que nada, es conveniente eliminar todos los cosméticos que contienen aluminio, ya que son nocivos para la salud.

En el caso de las personas que sudan mucho, es muy probable que el olor persista en la ropa después de lavarla. ¡Es un tema muy amplio! Pero ¿por qué nuestra ropa siempre huele? La transpiración penetra en las fibras sintéticas, y las bacterias que se alimentan del sudor son las que producen los malos olores; en realidad, no tienen ningún motivo para abandonar tu cuerpo. Lo mejor es usar ropa de algodón. 

 

Así que antes de que llegues al punto de no atreverte a ponerte esas prendas por temor a que los demás noten el olor, realiza estos trucos caseros:

1. Nuestra vieja y favorita combinación de oro: bicarbonato de sodio y vinagre

 

El bicarbonato de sodio tiene un PH básico así como una estructura porosa que absorbe los olores desagradables.

Antes del lavado, humedece las áreas conflictivas con agua tibia y rocíalas con una buena cantidad de bicarbonato de sodio. Deja que la sustancia repose por al menos una hora. Si es posible toda la noche, mejor aún. Después enjuágala a mano y sumérgela en un recipiente con agua fría y vinagre blanco. Deja la prenda ahí una hora mínimo o toda una noche.

Métela a la lavadora y lávala de acuerdo a las instrucciones de la etiqueta.

Después del lavado, seca la prenda al sol.

¡No uses secador de ropa!

 

2. El método suave: jabón de Marsella y limón

 

Si tus prendas son frágiles (seda, lana o fibras naturales), prueba este método: pasa un jabón de Marsella (un jabón a base de aceites vegetales) casi seco sobre la zona a tratar, de manera que forme una costra. Después mézclalo con una gotas de limón hasta abarcar toda el área. Luego mete la prenda a la lavadora.

 

Ahora puedes ponerte tu ropa favorita con toda tranquilidad: ¡dejarás de sentir que hueles mal a kilómetros de distancia! ;)

Créditos:

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LCI

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