Verano con bebés: 8 errores a evitar

El verano con un bebé es una experiencia muy hermosa. Finalmente podemos salir a la naturaleza y darle al pequeño momentos de correrías, gritos y aventuras. 

Pero esta época puede también ser para algunos padres un tiempo de dudas: ¿toma el bebé suficiente agua con estas altas temperaturas? ¿Cuál es la ropa adecuada? ¿Qué tengo que llevarme a las vacaciones?  Si a ti también te asaltan estas dudas, en este artículo te dejamos una guía orientativa acerca de los errores más comunes que cometen los padres en verano. Léela con cuidado y no tendrás obstáculos en el camino hacia un verano inolvidable con tu bebé. 

©Pixabay

1. Error: cubrir el cochecito

Para proteger al bebé del calor y del sol, muchos padres colocan una toalla o algún objeto de tela sobre el cochecito. Esto puede ser peligroso, ya que si no hay circulación de aire, el calor comienza a acumularse en el interior. De esta forma, rápidamente aumenta la temperatura del cochecito. 

Consejo: colocar la toalla de forma tal que quede un espacio en la parte inferior o lateral por el cual circule el aire. De esta manera también podrás ver en todo momento al bebé. 

2. Error: repelente de mosquitos

Las picaduras de mosquito son molestas, pero inofensivas. A pesar de esto, muchos padres eligen rociar a sus bebés con repelentes en forma de aerosol o de aceite para mantener a raya a los insectos. En esto hay que tener cuidado, sobre todo cuando el bebé todavía está lactando: los vapores pueden llegar a irritar la mucosa del bebé y, además, los químicos pueden penetrar fácilmente la suave piel del recién nacido (incluso los productos especiales para bebés recién deben usarse a los 6 meses).

Consejo: Si tienes temor a las picaduras, la mejor opción es una red mosquitera. Contra la picazón, recomendamos usar algún producto casero como una cebolla cortada a la mitad o simplemente una compresa fría. 

 

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3. Error: demasiada agua

Beber suficiente agua es vital en los meses de verano. Para tu bebé, será suficiente con el líquido de la lactancia. En general, los bebés toman en verano menos cantidad de agua pero con mucha frecuencia (esto se debe a la leche materna, que al comienzo siempre tiene una consistencia más aguada). Por eso no hace falta completar el consumo de líquido de tu bebé con agua o té. 

De hecho, el exceso de agua puede ser contraproducente, ya que la sangre se diluye y esto puede generar un desequilibrio en los electrolitos. En cambio, si tu bebé ya está en edad de alimentarse a través de suplementos, puedes darle como complemento un poco de agua con bajos niveles de nitrato. 

Consejo: ya desde una temprana edad los bebés imitan nuestro comportamiento: si quieres que tu bebé tome suficiente agua, entonces procura que te vea regularmente con un vaso en la mano. 

 

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4. Error: chapotear en agua fría

Nada tan refrescante como darse un chapuzón en agua fría. El cuerpo de los bebés, sin embargo, se enfría muy rápidamente. Por eso, mejor tener cuidado con las piscinas demasiado frías. Para baños largos, la temperatura ideal del agua (¡incluso en verano!) es de 38 °C. 

Consejo: antes de meterlo en una piscina, moja un poco las manos y los pies del bebé, de manera que el cuerpo se prepare para la temperatura del agua. 

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5. Error: protector solar para niños

Pediatras e instituciones de la salud desaconsejan el uso de protector solar para niños menores de un año, ya que, por un lado, los ingredientes químicos son absorbidos por la piel del bebé con facilidad y, por el otro, las cremas protectoras tapan los poros y dificultan así el proceso de transpiración -algo que los niños deben aprender a muy temprana edad-. 

Al mismo tiempo, a menos que quieras pasarte todo el verano encerrado en la casa, es difícil renunciar por completo a los protectores solares. Para el caso de que verdaderamente lo necesites, procura utilizar cremas protectoras con filtros minerales, pocos ingredientes agregados y un factor solar alto. Pon también especial atención a no dejar la crema protectora bajo los rayos del sol, así como también a la fecha de caducidad. 

Consejo: Las cremas protectoras a base de minerales, debido a que no se absorben ni se diluyen rápidamente, dan la impresión de un maquillaje para payasos. Pero no te dejes intimidar por esto y procura utilizarla media hora antes de salir al sol. Una buena alternativa a las cremas protectoras, es también la ropa con protección UV. 

 

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6. Error: cambios abruptos de temperatura

Del calor de la calle a la frescura del centro comercial. Los cambios abruptos de temperatura -que para los adultos son una sensación agradable- en los bebés deberían ser evitados. Por eso, al entrar en ambientes climatizados, procura cubrir al niño con una manta delgada que conserve un tiempo más el calor. 

Consejo: puedes fabricarte un lindo "aire acondicionado" para tu casa colgando trapos mojados. De esta forma, la temperatura ambiente será más baja sin que el bebé se enfríe. 

 

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7. Error: gorra, siempre y en todos lados

Encontrar en verano la ropa ideal para los niños es algo muy difícil, ya que por un lado buscamos protegerlos de los rayos del sol y de las corrientes de aire y, por el otro, no queremos que el bebé tome temperaturas muy altas. 

En este caso recomendamos la utilización de tejidos livianos de materias primas naturales como el algodón o el lino. Estos textiles dejan respirar la piel y transportan el calor hacia afuera. Si te encuentras dentro de tu casa y las ventanas están cerradas, puedes prescindir de gorras y ropa para el cuerpo. 

Consejo: controlar si tu bebé tiene la ropa adecuada es sencillo. Simplemente toca su cuello: si está húmedo de transpiración, significa que la ropa es demasiado abrigada. 

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8. Error: vacaciones intensas

Las vacaciones de verano son el momento ideal para escapar de la rutina. Desgraciadamente, los bebés aman las rutinas. Por eso, aquí te dejamos unos consejos para que las vacaciones con los recién nacidos sean agradables para toda la familia:

  • En lo posible, conservar el ritmo cotidiano normal.
  • 10 minutos antes de subirse al coche, abrir las puertas para que el interior se ventile.
  • Planear pausas para que el bebé pueda salir del asiento.
  • Si están pensando tomar un vuelo de larga distancia, lo mejor es reservar una butaca para el bebé (incluso aunque termine viajando sobre tu regazo). 
  • La prioridad del viaje tiene que ser el pasar un buen tiempo juntos y no las atracciones turísticas. 

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Sombra, ropa ligera y algún que otro chapuzón: de esta forma tendrás el mejor verano junto a tu bebé. 

Por último, un recordatorio importantísimo: nunca dejes a tu bebé solo en el auto. Incluso con temperaturas no muy elevadas, el calor puede llegar a aumentar tanto que pondría en riesgo la vida del niño. Si sospechas que tu bebé puede haber sufrido una insolación, acude inmediatamente al médico. Dale, además, de beber y enfría lentamente su cuerpo con compresas frías comenzando por los pies y las manos. 

Fuentes: elternfamiliehebammenblogwindeln

Imágenes en miniatura: ©flickr/César Rincón ©flickr/mary mackinnon

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