Empresario crea casas móviles para acabar con el abandono de ancianos

El reverendo Ken Dupin es un médico y un empresario estadounidense que tuvo una excelente idea. Mientras estaba de misión en el extranjero, observó que en otros países las familias juegan un papel muy importante en el cuidado de los ancianos enfermos y forman parte fundamental del tratamiento. Sus experiencias con los pacientes mayores lo inspiró para fundar el MedCottage.

Ken se puso manos a la obra y construyó casas pequeñas y prácticas donde las personas pueden hospedar a los ancianos de su familia. Conocidas como las "vainas para los abuelitos", estas casas médicas móviles pueden ser instaladas temporalmente en la propiedad de los cuidadores, lo que permite que las personas mayores enfermas vivan cerca de su familia y mantengan su independencia a la vez. 

Estas casas vanguardistas están diseñadas de tal forma que cubren las necesidades de los ancianos. Además de contar con acceso para silla de ruedas, cada unidad está equipada con cámaras para que los cuidadores puedan ver si el paciente necesita ayuda. Asimismo, las cámaras instaladas en el piso, conocidas como "FeetSweep", permiten registrar cualquier caída del paciente y acudir a su ayuda de inmediato.

Cada casa también cuenta con un desfibrilador y un botiquín de primeros auxilios. Al igual que el resto de la casa, el cuarto de baño está diseñado para cubrir las necesidades del usuario: las barras de la ducha tienen el objetivo de prevenir resbalones. 

En cada dormitorio hay una cama con un sistema eléctrico y un colchón ortopédico. Esto ayuda a los ancianos a tener más movilidad y a reducir el riesgo de caídas de la cama:

El diseño no solo es muy agradable a la vista, también responde a todos los detalles requeridos. Como muestran los estudios, vivir en un espacio cómodo es muy importante para el bienestar mental. 

Además, las "vainas para abuelitos" son ecológicas y relativamente fáciles de transportar. Pueden ser instaladas casi en cualquier sitio, por ejemplo, en el jardín de la casa de los cuidadores. Gracias a la grandiosa idea de Ken, podemos estar cerca de nuestros adultos mayores y darles todo el apoyo cuando más nos necesitan, sin que ellos tengan que renunciar a su privacidad. ¡Sin duda, es mejor que vivir en un asilo de ancianos!