Cómo lavar correctamente esas amarillentas almohadas de plumas

No hay nada mejor después de una jornada de trabajo estresante que acurrucarse en una cama suavecita, poner la cabeza sobre la almohada y cubrirse con la manta hasta el cuello. Pasamos casi un tercio de nuestra vida en la cama, así que no es raro que dejemos nuestras huellas impresas: después de cierto tiempo, la almohada y la manta empiezan a oler a humedad o a rancio. Además de que el sudor y la saliva van dejando manchas marrones. Por su parte, los ácaros aprovechan para instalarse en estos lugares. 

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Como ves, hay motivos suficientes para limpiar tu ropa y accesorios de cama con regularidad, especialmente los de plumas.. Pero ¿con qué frecuencia puedes hacerlo sin dañar este delicado material? Los expertos recomiendan lavar los edredones cada 4 años y las almohadas cada 2 años. De esta forma, la ropa de cama se conservará fresca y en buen estado. 

Las mantas y las almohadas pueden lavarse en casa en la lavadora, incluso si las instrucciones de la etiqueta indican lo contrario. Pero si prestas atención a algunos detalles importantes y tienes cuidado durante el lavado, entonces nada puede salir mal. Nosotros te mostramos cómo:

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Antes de iniciar el lavado debes revisar que tanto tu lavadora como tu secador de ropa tengan el tamaño adecuado. 

Y antes de meter tu ropa y accesorios de cama a la lavadora, asegúrate de que las fundas no tengan ningún agujero ni abertura por donde pueda salirse el relleno de plumas durante el lavado, lo que podría averiar tu electrodoméstico. Si no estás seguro o quieres prevenir una descompostura, puedes meter la manta o la almohada dentro en una funda con cierre.

Una vez aclarado el punto anterior, el siguiente paso consiste en elegir el programa de lavado correcto. Recomendamos el ciclo de lavado delicado (o mejor, el de lana) con 40 ºC. Si los ácaros te están dando muchos problemas, entonces aumenta la temperatura del agua a 60 ºC.

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Los detergentes para todo tipo de ropa y los suavizantes están absolutamente prohibidos en el lavado, ya que dañan la estructura de las plumas. En cambio, hay que usar un detergente suave, y aplicar solo un tercio de la cantidad habitual debido a que no deben quedar restos de detergente después del aclarado. El programa de lana usa suficiente agua, por lo que no es necesario un segundo lavado.

Para que las plumas no se queden pegadas y el secador haga su trabajo en un tiempo normal, mete dos bolas de tenis a la máquina. Después actívala a 400 revoluciones por minuto. 

Tan pronto como la lavadora haya concluido su ciclo, es hora de que el secador haga su parte. 

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Primero, la ropa de cama debe girar a 30 grados durante 45 minutos. Lo mejor es agregar toallas secas para acelerar el proceso de secado. Luego sacude muy bien el edredón de plumas y mételo otros 20 minutos en la secadora junto con la 2 pelotas de tenis nuevamente. Repite este proceso de tres a cuatro veces hasta que la humedad desaparezca por completo de la manta o almohada. En las pausas, sacude el edredón o las almohadas para que recuperen todo su volumen.

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En las noches, cuando te acuestes en tu nido, te darás cuenta de que el tiempo y el esfuerzo que invertiste en su limpieza valieron la pena. Las plumas huelen a fresco nuevamente y las almohadas se ven como nuevas. Lo más importante es que la higiene reinará en tu cama. 

Créditos:

schlaftempel

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