Cómo cuidar la vitrocerámica: consejos útiles para eliminar las desagradables manchas

Las placas de cocción de cerámica tienen todo tipo de ventajas frente a las placas de hierro fundido convencionales: funcionan de forma más controlada, lo que las hace mucho más eficientes desde el punto de vista energético. La limpieza de la placa de vitrocerámica también es más fácil que la de cocción convencional, siempre y cuando la limpies inmediatamente después de preparar la comida. Pero lo que más molesta a muchos usuarios de vitrocerámica son las extrañas manchas metálicas que se forman en la superficie con el paso del tiempo. La pregunta es, ¿de dónde vienen y cómo se eliminan? Desgraciadamente, no basta con frotar la superficie, sino que se necesitan otras sustancias, las cuales no tienen que ser caras, al contrario, a menudo se trata de remedios caseros muy sencillos.

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Pero primero nos gustaría explicar de dónde proceden realmente estas manchas brillantes. La respuesta es muy simple: a menudo las sartenes y ollas son las culpables de las molestas manchas debido a las aleaciones de cobre y aluminio de nuestros utensilios de cocina, que se funden con la superficie cerámica mediante la fricción. Aunque parezca que las manchas se han formado debajo de la superficie del vidrio y que, por lo tanto, son imposibles de eliminar, ¡en la gran mayoría de los casos esto no es así!

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Por regla general, las placas de la estufa, ya sean de cerámica o de hierro fundido, deben limpiarse siempre inmediatamente después de su uso. Esto se puede hacer con productos de limpieza convencionales y una esponja o trapo. La placa de la estufa debe estar lo suficientemente fría en ese momento, ya que de lo contrario existe el riesgo de quemaduras.

Si, por alguna razón, no has podido limpiar las placas de cocción a tiempo, hemos enumerado algunos remedios caseros que harán que tu placa de cerámica vuelva a brillar como nueva.

1. Para casos leves, como manchas de agua o de cal, basta con jugo de limón. Aplica un poco del jugo sobre un paño y limpia las manchas como de costumbre. Deja la placa en remojo con el jugo unos 10 minutos, luego límpialo con un poco de agua fresca y sécalo con un paño seco. Si no tienes jugo de limón a mano, el limpiador de cristales es también una gran alternativa.

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2. El polvo de hornear es ideal para limpiar la suciedad más persistente, como las manchas quemadas. Todo lo que necesitas para la limpieza es medio paquete de polvo de hornear y una cucharada de agua. Luego frota la mezcla sobre las áreas sucias y déjala en remojo durante unos 60-90 minutos. Después retira los restos con un paño seco. Por último, limpia de nuevo con un paño húmedo y seca todo.

3. Si ya se han formado arañazos en la superficie de la vitrocerámica, la pasta dental puede ser útil. Las micropartículas de la pasta de dientes alisan los bordes de los arañazos y los hacen desaparecer visualmente. Para ello basta con frotar una pequeña cantidad de pasta con un paño sobre las zonas arañadas y secar la superficie con el reverso del paño. 

Toothpaste

4. Ahora llegamos a las ya mencionadas manchas metálicas, las cuales podemos eliminar con una piedra de limpieza y vinagre o carbonato de sodio. El ácido del vinagre disuelve las impurezas metálicas durante un período de tiempo mayor y, por lo tanto, evita la aparición de las manchas. Si prefieres usar carbonato de sodio, aplica una pequeña cantidad en las áreas sucias y deja que la sustancia actúe durante unos 20 minutos. El resto de la suciedad se limpia con un paño. Las piedras de limpieza deben manipularse con cuidado, ya que de lo contrario pueden provocar arañazos.

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Si todos estos remedios caseros te fallaran por razones inexplicables, lo único que queda por hacer es recurrir a la estantería de productos químicos del súper. Pero antes de llegar a ese punto, aquí algunos consejos útiles para evitar que las manchas metálicas invadan la vitrocerámica:

1. Nunca empujes las ollas y sartenes sobre la placa de cocción. ¡Esto no solo evita las manchas, sino también los arañazos!

2. Aunque la tentación sea demasiado grande, ¡no laves las ollas (o sartenes) en el lavaplatos! Durante el ciclo del lavavajillas, se favorece el desgaste de la aleación de las ollas, por lo que puede fijarse con mayor facilidad sobre la placa de cocción. 

3. Evita temperaturas de cocción excesivamente altas y prolongadas. En su lugar, sube la temperatura una vez y luego continúa cocinando a una temperatura más baja. El calor muy intenso también favorece el desgaste de las aleaciones metálicas de los utensilios de cocina. 

pixabay

Con estos útiles consejos no sólo mantendrás tu estufa limpia y libre de arañazos, ¡sino que también disfrutarás más cocinando!

Créditos:

Haushaltsfee

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