Ventajas y desventajas de envolver a los bebés

Envolver a los bebés en sábanas o mantillas tiene larga tradición en muchos países. Ya en la Edad Media se conocía esta técnica y era común en muchos países hasta mediados del siglo XIX. Sin embargo, después cambiaron las opiniones y envolver al bebé dejó de verse como una práctica segura. 

Pero la técnica de envolver a los bebés está actualmente de moda de nuevo. Cada vez son más matronas las que abogan por ella, ya que opinan que ayuda al bebé a dormir mejor, a llorar menos y a tener menos flatulencias. Sin embargo, además de los partidarios del método, sigue habiendo muchos detractores. ¿Qué ventajas tiene entonces envolver a los recién nacidos y conlleva algún riesgo?

¿En qué consiste envolver a los bebés?

Justo después de nacer, el bebé tiene una gran necesidad de seguridad y calor. Esta es precisamente la función que cumple el envolverlos en una tela o manta. De esta forma se imita el estado en el que se encontraban en el útero materno. 

Sin embargo, envolverlo no solo hace que el bebé se sienta protegido y seguro; sino que también debilita el reflejo de Moro, que hace que los bebés sacudan los brazos y piernas en respuesta a ruidos fuertes o vibraciones, incluso durante el sueño. Estos sobresaltan a los niños y los despierta o impide que se duerman. Al colocarle los brazos suavemente pegados al cuerpo, evitarás los movimientos incontrolados del reflejo de Moro.

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Ventajas de la técnica de envolver al bebé

Algunos estudios muestran que envolverlos tiene efectos positivos en el bebé: los ayuda a dormir mejor y calma con mayor rapidez a un bebé que llora: esto reduce en gran medida la duración de los llantos. Además, esta técnica ayuda a los bebés que hasta el momento preferían dormir en posición prona. Al envolverlos, no pueden ponerse boca abajo mientras duermen y se acostumbran con mayor rapidez a la posición supina. Envolverlos apretadamente en mantas puede también ayudarlos con las flatulencias y dolores abdominales.

Desventajas de envolverlo

Como en todo en la vida, envolver a los bebés en una manta tiene sus desventajas. Especialmente en verano, esto puede ser una verdadera tortura para los bebés, ya que no pueden liberar su calor corporal al ambiente a través de la apretada tela. Con esto, el riesgo de insolación o deshidratación aumenta.

Además, si la tela está muy apretada, puede oprimirles los músculos y dificultarles la respiración.

Por otro lado, esta técnica puede incrementar los riesgos de displasia de cadera, ya que la libertad de movimientos del bebé se ve mermada al envolverlos de hombros para abajo. La envoltura los obliga a estirar las piernas, lo que puede hacer que estén en una mala postura y cuando sean mayores, provocarles dificultades para caminar. Por este motivo, la Sociedad Alemana de Ecografía en Medicina (DEGUM) y la Asociación Profesional de Pediatría y Adolescencia (BvKJ) desaconsejan esta técnica de envoltura.

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5 consejos para envolver correctamente al bebé

Sin embargo, las comadronas suelen apostar por la técnica de envolver al bebé y atribuyen los problemas anteriormente mencionados a una práctica incorrecta. Con la técnica adecuada y los cuidados necesarios, dicen, envolver al niño no le hace daño. Si quieres beneficiarte de las ventajas de envolver a tu bebé, debes asegurarte de utilizar la técnica adecuada. Deja que una matrona experimentada te enseñe y sigue los siguientes consejos:

1. ¿Para quién es recomendable la técnica?

En el caso de los bebés que lloran, de los muy inquietos y de los que tienen problemas para conciliar el sueño, puedes probar a envolverlos. Pero si el bebé tiene problemas de cadera o apenas llora, no es recomendable hacerlo. A algunos bebés no les gustan las mantas apretadas, por lo que siempre debes prestar atención a las señales de tu bebé.

2. ¿Desde cuándo y cuánto tiempo debes envolver a tu bebé?

Puedes envolver a los recién nacidos hasta que cumplan los 2 o 3 meses de edad. Cuando empiecen a darse la vuelta solos debes dejar de envolverlos. 

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3. ¿Qué tela es la adecuada?

Para la práctica de envolver al bebé se debe utilizar una manta de algodón fina y elástica, o una eslinga o saco especial para ello. El tamaño ideal de la tela es de 80 x 80 cm.

4. ¿Qué es el saco de dormir para bebés?

El saco de dormir para bebés es una buena alternativa para quienes no se manejen bien con la manta. Se introduce al bebé en el saco y se cierra con la ayuda de lazos o cierres de velcro. Esto también tiene la ventaja de que los sacos pueden ajustarse individualmente al tamaño del bebé.

5. ¿Qué otras consideraciones se deben tener en cuenta?

Cuando envuelvas al bebé, ¡solo puedes acostarlo boca arriba! Si envuelves a tu bebé y lo pones boca abajo, aumenta el riesgo de que sufra muerte súbita del lactante. Además, hay que comprobar regularmente que el cuello del niño no se sobrecalienta.

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Alternativas más seguras a la manta 

En particular los padres jóvenes suelen tener dudas sobre la práctica de envolver a sus hijos. ¿Cuándo está demasiado apretado o quizás demasiado suelto? Si la manta está demasiado floja, puede ser peligroso, porque esta puede deslizarse sobre la cara del bebé y provocarle la muerte por asfixia. Si no te sientes seguro con la técnica, debes buscar alternativas:

  • El portabebés: el portabebés proporciona mucha proximidad corporal y además es bueno para el desarrollo de las cadera del niño, porque las piernas quedan abiertas. Además, nunca se pierde al niño de vista y se reduce el riesgo de exceso de calor. 
  • El saco de dormir para bebés: el saco de dormir para bebés es un buen compromiso y la mayoría de las matronas lo recomiendan ahora, ya que es difícil que salga algo mal. Este proporciona sujeción en los hombros y así evita el reflejo de Moro, por lo que los niños duermen más tranquilos. Al mismo tiempo, los bebés tienen mucho espacio para las piernas y pueden moverse y patalear libremente. Esto también garantiza que las caderas no se dañen. 

¿Por cuánto tiempo se debe realizar la práctica?

Una vez que el bebé empiece a darse la vuelta solo debes dejar de utilizar la técnica de envolverlo, ya que se corre el riesgo de que el bebé se ponga boca abajo y no pueda ponerse boca arriba sin la ayuda de los brazos. La mayoría de los bebés pueden darse la vuelta solos a los 6 meses de edad. 

Aproximadamente desde el tercer mes, los bebés empiezan a extender los brazos y a explorar el mundo que los rodea con las manos. Para no frenar este desarrollo, a partir de ese momento debes envolverlos con poca frecuencia. 

Dejar de envolver al bebé

Si has envuelto a tu bebé desde el principio, no debes dejar de hacerlo de un día para otro. Desacostumbra a tu hijo poco a poco dejando un brazo libre de vez en cuando cuando lo envuelvas. Más tarde, puedes dejar ambos brazos sin envolver y cambiar a un saco de dormir normal.

Feet!

Antes se envolvía a los bebés con los brazos y las piernas extendidos, pero hoy sabemos que las manos se pueden poner en la cara para que amamanten y que las piernas necesitan espacio. Dado que al envolverlos pierden mucho contacto físico con los padres, también debes asegurarte de llevar a tu bebé en brazos lo más a menudo posible, acunándolo y asegurando el contacto con la piel.

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Fuentes: bunte, apotheken-umschau, familie
Imagen en miniatura: ©flickr/Jane Cooper

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