Causas, consecuencias y soluciones de la inflamación en los pies

A pesar de que ocurre con más frecuencia en mujeres, tarde o temprano a todos se nos hincharán los pies. A veces, las inflamaciones tienen lugar en verano, a veces también luego de un largo día de trabajo en el que hemos pasado mucho tiempo sentados o parados. Cuanto más edad tengamos, peor se pone eso del "agua en las piernas". Por lo pronto, sin embargo, no hay motivos para alarmarse demasiado, a menos que, en paralelo con las inflamaciones en los pies, surjan también otros síntomas. 

En el peor de los casos, la hinchazón en pies y piernas pueden ser indicio de una emergencia médica. En este artículo te contamos qué síntomas deberías tener en cuenta y qué puedes hacer para reducir las inflamaciones en tus pies. 

Pies inflamados como síntoma de embolia pulmonar

Si solamente se hincha una pierna, y se torna, además, de color rojizo, acompañado de un sentimiento de calor, latidos rápidos, problemas para respirar y dolores en el pecho, entonces seguramente se trate de una embolia pulmonar producida por una trombosis venosa. Eso significa que una parte de un coágulo venoso (probablemente de las piernas o la pelvis) terminan en los pulmones y obstruyen los vasos. En este caso, es necesario llamar inmediatamente a los servicios de urgencias. El tratamiento para la embolia pulmonar se realiza en un primer momento a través de medicamentos anticoagulantes. 

Hinchazón en los pies como síntoma de una insuficiencia cardíaca

Una inflamación en los pies (sobre todo en el empeine) y en los tobillos puede ser indicio de una insuficiencia cardíaca. Aquí, estos síntomas están acompañados por dificultades para respirar, cansancio y una baja en el rendimiento. El tratamiento para una insuficiencia cardíaca se realiza a base de medicamentos contra una alta presión arterial y con medicamentos diuréticos. En algunos casos, quizás sea necesaria una intervención quirúrgica (colocación de prótesis vascular, bypass o un marcapasos). 

 
 
 
 
 
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Otras enfermedades que causan inflamación

Otras causas para la hinchazón en los pies pueden ser:

  • Enfermedades en los riñones
  • Enfermedades en el hígado
  • Hipotiroidismo

En ocasiones, las inflamaciones también pueden ser a causa de un lipedema (enfermedad que se caracteriza por la acumulación de tejido adiposos en ciertas partes del cuerpo). 

Otras causas para la inflamación en los pies

Una de las causas más usuales para la hinchazón en los pies es una insuficiencia venosa. Con el paso de los años, las venas ya no pueden transportar la sangre tan fácilmente, lo que genera que la sangre se acumule y los líquidos acaben en los tejidos más cercanos. Este proceso es más proclive en personas que realizan poco ejercicio físico o que pasan mucho tiempo en una posición (parados o sentados). Para este caso, existen ciertos remedios caseros (más abajo te contaremos cuáles) con los que puedes combatir la inflamación en los pies. 

La hinchazón en épocas de verano ocurre porque, en esas épocas de mucho calor, los vasos sanguíneos se expanden, provocando una ralentización del flujo sanguíneo, con su posterior transferencia a los tejidos de los pies. Las personas con tejido conjuntivo débil son más proclives a sufrir de esta condición. 

Remedios caseros contra la hinchazón

A veces, la hinchazón desaparece de la noche a la mañana. Pero de no ser ese el caso, contamos por suerte con muchos remedios caseros para ayudarnos: 

  • Medias de compresión
  • Baños de contraste frío-calor
  • Alimentos ricos en magnesio (bananas, frutos secos, etc.)
  • Masajes de drenaje linfático

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Ejercicios para pies inflamados

Aunque no siempre sea necesario hacer deporte para aliviar los pies hinchados (muchas veces alcanza ya con colocar las piernas hacia arriba), está comprobado que algunos ejercicios son muy útiles al respecto:

  • Balancear los pies estando sentados
  • Sentarse en una silla -las piernas haciendo un ángulo de 90 grados a la altura de la rodilla- levantar los talones dejando la punta de los dedos en el suelo y luego bajar los talones.
  • Pararse sostenido a una silla, levantar una pierna y estirar la rodilla. Luego cambiar de pierna.
  • Estando acostado, llevar una pierna hacia el pecho mientras la otra permanece estirada o doblada.
  • "Pedalear" recostado.
  • Masajear el pie con una pelota de tenis. 

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Fuentes: geoapotheken-umschau, liebenswert-magazin

Imágenes en miniatura: ©Pinterest/womansday

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