Un profesor de universidad transforma un basurero en una casa

Aunque alguna vez se te haya pasado por la cabeza mudarte a una casa más pequeña, quizás el caso de Jeff Wilson te parezca algo extremo. Y es que el lugar al que decidió mudarse este profesor de Universidad es algo que nunca se me hubiera pasado por la mente: ¡Jeff convirtió un contenedor de basura en su nuevo hogar!

Cada vez son muchas más las personas que deciden que viven en una casa demasiado grande, y que malgastan el espacio. Por ello, finalmente deciden deshacerse de la mayor parte de sus posesiones e irse a vivir a una casa transportable, mucho más manejable y donde la organización es mucho más sencilla. Sin embargo, lo normal es que busquen las mismas comodidades que en una casa de tamaño normal. No es el caso de Jeff. 

En 2013 este profesor de Ciencias Medioambientales de la Huston-Tillotson University de Austin, Texas, decidió comenzar el llamado Dumpster Project (Proyecto Basurero). Aunque la idea parezca descabellada, se trataba de crear junto a sus alumnos una casa sostenible a partir de un contenedor de basura. Pero lo más increíble de todo es que el Profesor Basurero, como pasó a autodenominarse, iba a vivir todo un año dentro del contenedor. 

En un mundo habitado por 7 billones de personas es importante proporcionar a los jóvenes soluciones sostenibles de vivienda; es el motivo que explica Jeff en su página de Facebook. Pero la cuestión era ¿cómo convertir una estructura de apenas 3 metros cuadrados en un hogar habitable? ¿Y no solo un día, sino todo un año? Jeff buscó junto con un grupo de alumnos, el "Equipo Basurero", el contenedor de basura perfecto. Y 9 días después de comprar su nueva "casa", el profesor se mudó al contenedor de basura que sería durante 1 año su nuevo hogar. Al principio solo había unos cuantos cartones en el suelo y un saco de dormir. 

Lo primero que hizo Jeff fue colocar un falso suelo, lo que agregó un 10% de espacio en el suelo y le proporcionó un lugar para almacenar cosas debajo. Luego pintó las paredes de blanco, lo que dio sensación de más espacio, y puso algunas alfombras para darle un poco de colorido. 

Jeff también colgó unos tapetes de las paredes, lo que dio aún más vida al espacio. El contenedor era ya más parecido a una casa: tenía cama, electricidad, aire acondicionado e incluso un hornillo.

Luego Jeff agregaría una estructura que alojaría la cocina, ducha y baño. La segunda fase del proyecto consistiría en una segunda planta, con un balcón extensible y una buhardilla para dormir.

La finalidad del proyecto era demostrar que la felicidad no depende de cuántos bienes poseamos. Aunque vivir en un contenedor de basura no es precisamente el sueño de muchos, Jeff afirma que disfrutó de la experiencia. Con este proyecto enseñó a sus alumnos y al mundo que hay formas de vivir alternativas, en las que el uso del agua, electricidad y comida son más naturales y mejores para el medioambiente. 

¿Y tú? ¿Serías capaz de vivir en un contenedor de basura (por supuesto, acondicionado), durante un año? Hay que pensárselo un poco, ¿verdad? Pero es bueno que haya gente que se preocupe por la tierra en la que vivimos, ya que siempre será nuestra casa. ¡Cuidemos de ella siempre!

 

 

 

 

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