Sumisión: los 5 síntomas más importantes

Básicamente todo ser humano depende de los demás. Somos seres sociales, cultivamos relaciones y amistades y solemos deprimirnos cuando estas se acaban. En el caso de las personas sumisas el grado de dependencia en sus relaciones resulta excesivo. Esto puede tener desventajas, pero también ventajas. 

Sumisión: ¿qué hay detrás de este comportamiento?

El ser extremadamente dependientes de los demás suele tratarse de un trastorno de la personalidad. Estas personas quieren que las cuiden y tienen un gran miedo a quedarse solas. Su comportamiento se caracteriza por un alto nivel de inseguridad y por la necesidad constante de evitar conflictos.

Las personas sumisas suelen anteponer las necesidades de los demás a las propias: están dispuestas a renunciar a sus intereses para entregarse por completo a otra persona.

Causas de la sumisión

Según Andrew Skodol, médico de la Universidad de Arizona, el trastorno de personalidad dependiente afecta a un 1% de la población mundial. A priori parece una cifra pequeña, pero en números absolutos son casi 80 millones de personas en el mundo.

Las causas de la dependencia extrema pueden ser muy diferentes:

Las personas sumisas no nacen así. En la mayoría de los casos, su dependencia se desarrolla a lo largo de la vida. Entre los factores que influyen  se encuentran los culturales, es decir, el entorno social y determinadas creencias de la familia. Además, muchas personas sumisas recibieron influencias negativas a una edad temprana. Sin embargo, algunas personas también tienen simplemente una tendencia a ser inseguras. Si se añade uno de los factores mencionados, estas personas desarrollan una dependencia más rápidamente que las personas menos ansiosas.

Signos de sumisión

Se puede reconocer si una persona es sumisa o no por algunos comportamientos. Si no estás seguro de padecer el trastorno de personalidad dependiente, estos 5 síntomas te ayudarán:

1. Las personas sumisas no pueden hacerse valer

Las personas extremadamente dependientes nunca anteponen sus propios deseos y necesidades. Se preocupan tanto por lo que piensan los demás que ellos mismos se colocan en un plano secundario. No se atreven a hablar con seguridad y rápidamente se avergüenzan en una conversación.

2. Su pasado suele esconder un gran dolor

Por lo general, estas personas han pasado por experiencias muy duras . Muchas personas dependientes tuvieron una infancia difícil, y algunas también han sufrido acoso escolar. Esto da lugar a una baja autoestima; se sienten inseguros e inútiles desde una edad temprana.

3. Evitan los conflictos a toda costa

En situaciones de conflicto, las personas sumisas suelen ponerse muy nerviosas. Las situaciones de conflicto les recuerdan experiencias negativas anteriores y las hacen sentirse aún más inseguras. Por lo tanto, estas personas tienden a aceptar las cosas que les imponen los demás porque no se atreven a expresar su opinión.

4. Tratan de no llamar la atención

Este rasgo se confunde fácilmente con la timidez. Pero mientras las personas tímidas se relajan después de un tiempo de convivir con las personas que conocen, los sumisos prefieren no llamar la atención en absoluto. Para ellos es muy importante pasar inadvertidos. Esto hace que tengan un comportamiento muy discreto (suelen llevar ropa poco llamativa) para evitar situaciones desagradables.

5. Tendencia a la dependencia emocional

Las personas sumisas suelen ser muy vulnerables y necesitan que alguien las proteja. Por lo tanto, las personas sumisas tienden a caer en relaciones tóxicas. Por lo general buscan a una pareja que les dé sentido a su vida. En el peor de los casos, esto da lugar incluso a abusos.

Los puntos fuertes secretos de los sumisos

¿Te has reconocido en algunos o incluso en todos estos patrones de comportamiento? Entonces deberías buscar ayuda profesional. Los primeros estadios del trastorno de la personalidad dependiente suelen tratarse bien con terapia cognitivo-conductual o psicoterapia.

En la terapia, muchos de los pacientes solucionan sus síntomas síntomas y fortalecen su autoestima. El tratamiento se centra principalmente en las cualidades positivas de las personas dependientes. ¡Así es! Porque el comportamiento sumiso también tiene sus ventajas:

• Las personas sumisas suelen ser muy populares porque son fiables para los demás. Debido a su dependencia, suelen cuidar a sus semejantes con cariño y están ahí para su pareja y su familia sin excepción.
• Por su naturaleza, también pueden tener ventajas en su trabajo o estudios. Los estudios han demostrado que las personas sumisas suelen tener mejores calificaciones que las demás. Esto se debe a que quieren complacer a sus padres, profesores o superiores; también suelen pedir ayuda rápidamente.
• Las personas sumisas son más propensas a ir al médico que las demás. También son más conscientes de lo que prescribe el médico. Son muy constantes a la hora de tomar la medicación, lo que hace que progresen más rápidamente durante el tratamiento.

Conclusión

Una cierta dependencia hacia nuestros seres queridos es completamente normal. Nuestra propia autoestima también fluctúa de un día para otro. Sin embargo, si notas fuertes signos de sumisión durante un período de tiempo más largo y te sientes cada vez más inseguro, podrías padecer un trastorno de la personalidad.

Confía en su propia intuición y busca ayuda profesional lo antes posible si tienes sentimientos negativos. De este modo, podrás evitar consecuencias como la depresión, los trastornos de ansiedad y dolencias psicosomáticas. ¡Recuerda que siempre debes ser el protagonista de tu vida!

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Fuentes: wissenschaft.de, BesserGesundLeben, msd

Imágenes en miniatura: ©Flickr/Nenad Stojkovic