10 trucos para preparar tu casa para el frío

1. Fija papel de aluminio en la pared de al lado de la calefacción.

Si tienes radiadores, deberías saber que estos no solo calientan las habitaciones sino que también calientan las paredes que están a su lado. Si pones papel de aluminio en la pared de detrás de la calefacción, el calor "rebotará" a la habitación en vez de ser absorbido por la pared. Pero solo puedes usar papel de aluminio, ya que cualquier otra cosa puede causar un incendio.

2. Sella las ventanas por las que entra corriente de aire con látex acrílico.

Las ventanas son las principales culpables de que se pierda el calor. Si los marcos no están cerrados perfectamente, los costes de la calefacción siempre van a subir. Si usas silicona acrílica, podrás sellar esas filtraciones de calor. Primero, asegúrate de quitar todos los restos de aislador que usaran antes. Después, pon la silicona en los marcos de la ventana, apretando el tubo de forma equitativa. Si quieres, puedes usar una pistola especial para ese tipo de aplicaciones. Este método funciona tanto con los marcos de plástico como con los de madera.

Consejo: Para encontrar fácilmente los puntos que necesitan ser sellados, usa un mechero o una cerilla por los bordes de la ventana. Si la llama se mueve, ¡ya sabes que por ahí pasa aire!

Afternoon project: learning how to wield a caulk gun (with help from YouTube).

3. Para las corrientes de aire con un burlete.

Para los que no tienen ganas de modificar puertas y ventanas, hay una solución más fácil: los burletes o "paracorrientes". Si los pones bajo la puerta, sellarán el hueco por el que puede entrar aire y frío. Lo mejor es que cuando no haga mucho frío o viento, simplemente puedes agacharte y quitarlos de donde están. ¡Y además algunos tienen formas de gato!

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4. No pongas el termostato a más de 21 grados.

Todos somos culpables: hace mucho frío afuera y queremos poner la calefacción a tope. Y no solo gastarás mucho más, sino que además tendrás demasiado calor enseguida. Lo mejor es mantenerlo a unos 21 grados durante 8 horas al día: estarás mucho más a gusto y ahorrarás hasta un 15 % en la próxima factura.

5. Aísla los enchufes.

¿A que no sabías que los enchufes filtran el calor? Con protectores para los enchufes puedes sellar esa filtración. Si tienes bebés, tendrías que haber hecho esto ya igualmente, claro.

Atención: Ten muchísimo cuidado al ajustar o reemplazar cualquier parte de un enchufe. Sería mejor cortar la luz antes de hacer nada y, en caso de duda, consulta a un electricista.

6. Deja el horno abierto tras hornear.

Dos por uno: calorcito y olor a comida recién horneada.

7. Cubre las ventanas del sótano.

Las ventanas del sótano suelen ser más finas y estar menos aisladas que las del resto de la casa. Usando poliestireno expandible que puedas ajustar podrás aislar más las ventanas para que el calor se quede y no entre frío.

8. Abre las cortinas para que entre el sol.

La luz solar es la calefacción más barata que hay. Como dice este refrán que me acabo de inventar: "En cuanto veas el sol salir, las cortinas has de abrir". Te sorprenderá lo mucho que calienta el sol aunque apenas lo veas en los meses más fríos.

9. Limpia bien tu chimenea.

Si eres vintage y tienes un lugar para hacer fuegos en tu salón, asegúrate de limpiar bien la chimenea.

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10. Enciende los ventiladores del techo.

Sí, lo has leído bien. Aunque los ventiladores los relacionamos con los meses de calor, si lo enciendes lento y girando como las agujas del reloj, empujará hacia abajo el aire caliente que se ha subido al techo.

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¡Qué de formas de mantenerse calentito en los meses de frío! Y todo sin recurrir al clásico de los clásicos: mantas y abrigos. ¡Y qué sorpresa cuando veas lo mucho que se ha reducido la factura del gas!

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