9 trucos que solo saben los verdaderos manitas del hogar

Cuando se trata de martillar, serrar, taladrar, atornillar o pintar, muchos nos echamos atrás solo con la idea de agarrar una brocha de pintura o una herramienta. Pero por mucho que lo odiemos, casi todos acabamos haciendo siempre algún que otro arreglo en casa. Un clavo aquí, un poco de pintura allá; tampoco fue tan difícil, ¿no? Aquí te presentamos unos cuantos sencillos trucos que te ayudarán a convertir tu próxima reparación en el hogar en un verdadero placer. 

1. Latas que no gotean

La pintura, barniz y las consecuentes manchas suelen venir en lata. Cuando sumerges la brocha, fácilmente puedes acabar tomando demasiada pintura. Si escurres la brocha en el borde de la lata, puedes terminar formando un auténtico caos. Para evitar que la pintura gotee por el lado de la lata, puedes estirar una banda de goma (o la parte inferior de un guante de goma cortada) y colocarla alrededor de la abertura de la lata. La brocha podrás pasarla por la goma para eliminar el exceso de pintura. Fija la goma a cada lado de la lata con cinta adhesiva para evitar que se caiga. Si no encuentras una goma, puedes utilizar un cable. 

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2. Taladra con la profundidad correcta

El taladro es una herramienta con mucha potencia, por lo que es muy fácil dejarse llevar. Las consecuencias pueden no ser nada buenas, porque seguramente no quieres dejar un agujero para mirar en la pared de tu baño cuando lo único que querías era colgar un cuadro en la pared de tu sala de estar. Para evitar taladrar con demasiada profundidad, mide la longitud del enchufe (tarugo) y marca esa longitud en el taladro con un poco de cinta adhesiva. Ahora, cuando comiences a taladrar, sabrás exactamente cuándo parar. 

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3. Clava un clavo de forma segura

Clavar un clavo es más difícil de lo que parece. ¿No tenemos todos un pulgar magullado que lo demuestra? Este truco dejará tus dedos a salvo y lo clavará clavo perfectamente recto. Solo tienes que usar un peine, un alfiler o pin para manualidades para sujetar el clavo, y ya estás listo. ¡Se acabaron los pulgares magullados!

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4. Clava clavos más rápidamente

Según las herramientas que estés usando y el material que intentes traspasar, clavar un clavo puede ser tarea difícil. Algo que puede ayudarte es frotarlo contra una barra de jabón antes de clavarlo. El jabón hace de lubricante y hará el clavado más sencillo. 

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5. Cortar baldosas

Para cortar baldosas sin dejar bordes rotos o astillas, sumérgelas en agua durante dos horas antes de cortarlas. Las baldosas absorberán la humedad, lo que hará que los cortes con un cutter para cristal sean mucho más precisos. 

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6. No pierdas clavos, tornillos, pernos, etc. 

Si tus tornillos y clavos suelen acabar esparcidos por todas partes, prueba usar un imán extra potente para tenerlos todos en un lugar. Puedes pegar un imán al mango de tu martillo o ponerte uno en una banda elástica alrededor de la cintura. 

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7. Punta de taladro magnética

¿A quién no le ha pasado? Tienes que taladrar en una zona alta o difícil de alcanzar y el tornillo se cae antes de que puedas comenzar a taladrar. Una buena solución es pegar un imán de neodimio a la punta de tu taladro. Esto magnetizará la punta completa y atraerá a tus tornillos hasta que empieces a taladrar. 

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8. Pintar pequeños objetos

Pintar un objeto pequeño y de forma irregular puede ser complicado. Si lo colocas sobre algo, en algún momento tendrás que darle la vuelta y entonces la pintura se pegará o despegará. Además, es difícil llegar a todos los ángulos. Un buen truco que hace esto mucho más sencillo es colgar el objeto de un hilo en el interior de una caja de cartón. De esta forma podrás llegar a todos los lados del objeto sin tener que tocarlo. Si tienes que darle la vuelta, simplemente gira la cuerda. Si la caja está bien sellada con cinta adhesiva en los agujeros, es un lugar estupendo para no pasarte con el espray. 

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9. Limpiar bandejas de pintura

Limpiar bandejas de pintura puede ser una tarea desagradable. Sin importar cuánto lo intentes, siempre queda un poco de pintura en las arrugas. Para evitar este problema, cubre la bandeja con papel de aluminio o de plástico antes de verter la pintura. Cuando hayas acabado, saca el papel y tíralo. ¡Tu bandeja estará como nueva y lista para tu próximo trabajo de pintura!

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Aunque son trucos muy útiles, no esperes milagros. Al fin y al cabo eres tú el que tienes que mantener el taladro recto y evitar que la pintura no quede a parches. ¡Pero toda ayuda se agradece!

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